La noticia de la muerte de Mila Yankelevich, de 7 años, sumió a la farándula y al público en un profundo shock. Como ha sido característico en los momentos más dolorosos de su historia familiar, los productores Gustavo Yankelevich y Cris Morena optaron por el silencio y la intimidad para procesar su duelo, alejándose del foco mediático. Este hermetismo, lejos de generar especulación, fue interpretado como un acto de respeto y una forma de proteger su espacio privado en un momento de inmensa vulnerabilidad.
Sin embargo, el silencio se rompió de una manera inesperada y conmovedora. No fue a través de un comunicado de prensa ni en una declaración televisiva, sino en la sección de comentarios de un posteo en redes sociales de su nieto Valentín, hijo de la recordada Romina Yan. Valentín, piloto automovilístico, había compartido la alegría de una de sus competencias, y fue allí donde sus abuelos eligieron dejar sus primeras palabras públicas tras la tragedia.
Gustavo Yankelevich, con la sencillez que caracteriza su forma de expresarse, escribió un mensaje que resonó con una profunda fortaleza. En él, expresó el dolor que embarga a la familia, pero también la resiliencia que los mantiene unidos. Su frase “estamos tristes y con dolor, pero de pie”, encapsuló la dualidad de la pérdida y la entereza. Por su parte, Cris Morena, conocida por su sensibilidad, le envió un mensaje cargado de ternura a Valentín, en el que reflejó el orgullo que siente por él y la importancia del amor y el apoyo que los une como familia.
Esta elección de comunicar su dolor y su gratitud a través de una publicación de su nieto no es casual. Es un reflejo de que, a pesar de la tragedia, la vida continúa y que el amor es el hilo conductor que los mantiene conectados. A través de este gesto, la familia Yankelevich ha mostrado su voluntad de mantenerse unida, apoyándose en lazos afectivos que trascienden el dolor de la pérdida, y demostrando que la forma de procesar el duelo es tan personal como la vida misma.