La noche del 30 de agosto de 2023 se ensombreció el barrio de Palermo con un acto de violencia que marcó profundamente a la comunidad porteña. Mariano Barbieri, un ingeniero civil de 42 años y padre de un bebé de apenas dos meses, salió a caminar por la Plaza Sicilia para disfrutar de la luna llena y despejar su mente.
Minutos después, fue interceptado por Isaías José Suárez, un hombre con antecedentes penales, que intentó robarle el celular. La víctima se resistió, lo que desencadenó un forcejeo brutal. Suárez sacó un cuchillo tipo tramontina y le asestó una puñalada de entre seis y siete centímetros en el tórax, que perforó la aurícula derecha del corazón, provocando una hemorragia interna mortal.
A pesar de la gravedad de la herida, Barbieri logró cruzar la avenida Del Libertador y entrar a una heladería cercana, donde pidió auxilio. “Me apuñalaron para robarme el celular”, alcanzó a decir a los sorprendidos clientes antes de desplomarse. Fue rápidamente trasladado al Hospital Fernández, pero falleció durante una operación de emergencia.
La investigación reconstruyó con detalle los hechos mediante cámaras de seguridad y testimonios. Suárez huyó hacia el Barrio 31, un lugar que conocía bien, donde fue detenido días después. El fiscal Nicolás Amelotti calificó el homicidio como agravado criminis causae, es decir, un asesinato cometido para ocultar otro delito, y solicitó prisión perpetua para el acusado.
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 11 ordenó este jueves una condena a 19 años de prisión para Suárez, jornada que fue seguida con lágrimas por familiares y amigos de Barbieri, quienes buscan justicia pero sufren el dolor irreparable de la pérdida.
Este caso refleja la dura realidad de la violencia en la ciudad y el costo humano de la inseguridad, que golpea de manera directa a personas comunes con historias y sueños truncados.