A pesar de condenar la agresión al jefe de Estado, el funcionario bonaerense calificó la caravana libertaria como una “provocación” y una “puesta en escena”. Alonso señaló que la elección del lugar para la manifestación “no iba a ser bien recibida” y que el presidente “eligió ir a un lugar donde está muy mal en las encuestas”. Subrayó que, si bien “nada justifica la violencia”, la marcha tenía un “componente político” destinado a desviar la atención pública de los escándalos de corrupción que salpican al oficialismo.
El incidente, que se produjo a pocos días de las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre, ocurrió cuando un grupo de personas lanzó piedras y otros objetos contra el vehículo que transportaba al presidente. La comitiva presidencial, que incluía a su hermana, Karina Milei, y a otros dirigentes del espacio como José Luis Espert, tuvo que ser evacuada de urgencia, y la actividad fue suspendida.
Por su parte, el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, lamentó la situación en declaraciones al canal de streaming de Infobae. Otermín aseguró que “no puede ser que aparezca la violencia en situaciones políticas en ningún caso” y llamó a que “todo se desarrolle en paz, y que cada uno pueda expresarse con tranquilidad”.
El ataque ocurrió en la avenida Hipólito Yrigoyen, poco después de que la caravana arribara al centro de la localidad. Este hecho no solo generó un fuerte repudio, sino que también desató un intercambio de acusaciones entre el oficialismo y la oposición. El propio mandatario apuntó contra el kirchnerismo como responsable de los incidentes, mientras que el ministro de Seguridad de la provincia ha señalado la “provocación” de la caravana como un factor desencadenante de la situación.