Cayó en la frontera un capo de la mafia de los Balcanes con un DNI argentino falso

Un capo de la mafia serbia, Luka Starčević, fue capturado en la frontera entre Paraguay y Bolivia. Usaba un DNI argentino falso. El criminal, buscado por múltiples crímenes en Europa y Brasil, intentaba ingresar a Bolivia en medio de una guerra entre clanes narcos.

En un remoto paso fronterizo entre Paraguay y Bolivia, un control migratorio rutinario derivó en la captura de un pez gordo del crimen organizado internacional. Los agentes de migraciones de Paraguay se encontraron con un hombre que presentó un documento de identidad argentino a nombre de Lisandro Emanuel Larre, pero su inusual acento despertó sospechas. Una rápida consulta internacional reveló que la persona era en realidad Luka Starčević, un capo narco serbio al que se le había dado por muerto en Europa y que era buscado por múltiples crímenes. El arresto del serbio ha revelado el alcance y la complejidad de las redes del crimen organizado que operan entre Sudamérica y el Viejo Continente.

La historia de Starčević parece sacada de una película de ficción. Acusado de haber acribillado en 2015 a Goran Radoman, un líder de la mafia de los Balcanes, el serbio logró escapar y, para evitar ser capturado, orquestó la fachada de su propia muerte en España. Su desaparición provocó una sangrienta guerra entre los clanes Kavač y Škaljari, mientras él escapaba a Brasil, donde se vio envuelto en el asesinato de un policía y de otras dos personas. Su estancia en el país sudamericano, sin embargo, no fue larga: logró salir de la cárcel por un “error” administrativo que generó un escándalo, y se convirtió en un fantasma para las fuerzas de seguridad.

La caída del fantasma

La última vez que se le vio a Starčević en libertad fue en junio de 2023, cuando salió de una prisión en Curitiba. A partir de ese momento, se mantuvo en las sombras. Los informes de inteligencia de Brasil lo vinculaban con el Primer Comando de la Capital (PCC) y con la ‘Ndrangheta, la mafia italiana con la que hacía negocios para enviar y distribuir drogas en Europa.

El fantasma de la justicia reapareció el 20 de agosto en el paso fronterizo de Mayor Infante Rivarola, en el Chaco paraguayo. Su objetivo era ingresar a Bolivia, un país que se ha convertido en un punto clave para el tráfico de drogas. Al presentar el documento argentino, el acento del serbio generó la duda de los agentes. Una consulta a través de la Red Atenas, un programa de cooperación internacional con Europol, confirmó las sospechas: el hombre con DNI argentino era en realidad Luka Starčević, un ciudadano serbio buscado por homicidios y crimen organizado en Europa y Brasil. El documento que portaba era apócrifo, ya que no existían registros con ese nombre en ningún organismo fiscalizador de la Argentina.

La guerra de los Balcanes se traslada a Bolivia

La detención de Starčević en la frontera con Bolivia no es casualidad. Según fuentes de la Justicia paraguaya, la “mafia de los Balcanes” se está librando una guerra por el control del narcotráfico en territorio boliviano, un país que se ha consolidado como un centro de producción de cocaína. Esta guerra, que se ha vuelto cada vez más violenta, quedó en evidencia el 13 de agosto, cuando fueron encontrados los cuerpos embalados de tres presuntos miembros de la mafia balcánica en Santa Cruz de la Sierra. Las víctimas, de origen serbio y macedonio, habían sido asesinadas y se cree que sus cuerpos iban a ser arrojados a un río.

El ministro de Gobierno boliviano, Roberto Ríos, ha admitido públicamente que las mafias europeas están intentando instalarse en Bolivia. El país se ha convertido en un punto estratégico para el crimen organizado, en parte por el vacío que dejó la fuga del narco uruguayo Sebastián Marset, considerado un “manager” de la logística del tráfico de drogas hacia Europa.

El caso de Starčević ha destapado la compleja red del crimen organizado transnacional que opera en el Cono Sur. La presencia de la mafia de los Balcanes en Argentina, Brasil, Uruguay y Bolivia, y sus vínculos con grupos locales, muestra la necesidad de una cooperación internacional y una mayor vigilancia en las fronteras para combatir la logística del narcotráfico. La detención de Starčević es un golpe a esta red, pero también un recordatorio de que la lucha contra el crimen organizado es una batalla constante.

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