Las principales consultoras coinciden en que la inflación mensual de agosto en Argentina se ubicó cerca del 2%, resultado del impacto rezagado de la devaluación que elevó los precios mayoristas y alimentos. Esta cifra marca una desaceleración respecto a meses anteriores, con una inflación núcleo -que excluye precios estacionales y regulados- alrededor del 1,5%, la más baja desde octubre de 2017.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicará el dato oficial el 10 de septiembre, y las proyecciones privadas sugieren estabilidad en ese nivel para los meses siguientes, aunque el contexto cambiario y político genera incertidumbre. La consultora Qualy advierte que el aumento de los costos se traslada gradualmente, principalmente a través de insumos dolarizados, con una inflación en alimentos de aproximadamente 3% en agosto, que impulsa el alza general.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central prevé un IPC de 1,7% para agosto, mientras que otras firmas con seguimiento local reflejan entre 1,8% y 2,2%. El Gobierno sostiene que el traslado a precios ha sido reducido pese a la suba cambiaria.
No obstante, septiembre presenta riesgos adicionales, con aumentos en tarifas de servicios públicos, prepagas y transporte, sumado al impacto de la incertidumbre política propia del periodo electoral que podría presionar la inflación.