El riesgo país argentino volvió a encender alertas este martes al dispararse
hasta los 898 puntos, alcanzando su máximo en casi cinco meses. Este índice, que mide la percepción de los mercados sobre la probabilidad de incumplimiento del Estado en sus obligaciones financieras, subió 68 unidades respecto al cierre del lunes, reflejando una creciente inquietud.
La escalada responde a la decisión del equipo económico de transparentar las intervenciones en el mercado de divisas, vendiendo dólares dentro de la banda para intentar controlar la subida del tipo de cambio. Esta medida ha tensionado la relación con el FMI, organismo con el que Argentina mantiene un acuerdo crucial para el equilibrio macroeconómico.
El Tesoro Nacional anunció que comenzará a participar activamente en el mercado libre de cambios para contribuir a su liquidez, lo que implicó la “terminación del flote” o “flota”, práctica que consistía en intervenciones más discretas. Esta nueva estrategia sorprendió a los inversores y generó dudas sobre la capacidad del país para mantener reservas y cumplir con sus compromisos financieros.
La preocupación aumenta al considerar que, para el último cuatrimestre del año, la nación debe afrontar vencimientos de deuda en moneda extranjera por más de 8 mil millones de dólares, cifra a la que se suman casi 31 mil millones de deuda en moneda local con vencimientos inmediatos, lo que complica aún más el panorama.
Analistas advierten que el contexto actual podría forzar al gobierno a futuras reestructuraciones de deuda si no se controlan estos indicadores. El índice de riesgo país cercano a los 900 puntos marca una barrera psicológica que incide directamente en los costos de financiamiento y en la confianza del mercado.
La evolución de este indicador es un termómetro determinante para la economía argentina, afectando desde la llegada de inversiones hasta el acceso al crédito. En medio de una coyuntura política y social compleja, el desafío para el gobierno es revertir este escenario para evitar un impacto negativo más profundo en la estabilidad económica del país.