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El acto, celebrado en un predio de Moreno, se convirtió en el epicentro de la agenda política, atrayendo la atención por el blindaje de seguridad montado en el lugar. Desde temprano, se observó la presencia de efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, personal de seguridad privada y, según reportes, grupos con distintivos para organizar el acceso. El objetivo era garantizar el desarrollo pacífico de la convocatoria en un municipio considerado estratégico.
Las autoridades, en coordinación con fuerzas locales y federales, controlaron los accesos y monitorearon las inmediaciones del Club Atlético Villa Ángela, donde se realizó el cierre, un predio rural con calles de tierra y zonas abiertas, complicadas para la seguridad.
Clima de tensión y protestas
Desde temprano, grupos opositores al oficialismo se congregaron en la zona, generando un ambiente tenso. Se registraron incidentes menores como empujones, supuestamente entre simpatizantes y manifestantes.
El gobernador Axel Kicillof criticó la elección del lugar y responsabilizó a Milei por posibles desórdenes. En contraste, la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, acusó al gobierno provincial de estigmatizar a los vecinos y de no garantizar la imparcialidad en la custodia.