La muerte de su socio Galeotti en 1985 marcó un momento crucial: Armani asumió el control total de la empresa y comenzó la consolidación de un imperio que abarca no solo ropa y accesorios, sino también perfumes, cosméticos, decoración, gastronomía, y hotelería de lujo. Bajo su dirección, Armani expandió sus líneas incluyendo Emporio Armani, Armani Jeans, A/X Armani Exchange, y Armani Privé — su línea de alta costura.
Conocido por su vida privada discreta y su personalidad reservada, Armani mantuvo el control absoluto de su marca. En el sector de la moda, dominado frecuentemente por grandes conglomerados, fue una rareza mantenerse independiente y jugó un papel pionero al llevar la moda italiana a un público global, aproximándola a la cultura popular sin perder sofisticación.
La firma Armani es sinónimo de elegancia minimalista, estética sobria y prendas que reflejan modernidad, simplicidad y funcionalidad. Su legado en el mundo de la moda ha inspirado generaciones, transformando la forma en que hombres y mujeres visten en oficinas, eventos sociales y en la cultura popular.
Giorgio Armani falleció en su domicilio en Milán el 3 de septiembre de 2025, a los 91 años. Hasta sus últimos días, permaneció activo como director creativo y empresario, supervisando cada detalle de sus colecciones y preservando la visión que lo hizo un icono global. Su alejamiento de las pasarelas en 2025 debido a problemas de salud fue temporal, y aunque expresó su intención de volver, su partida definitiva marcó el final de una era.
Armani dejó no solo un legado empresarial y estético, sino una narrativa vivencial de superación, dedicación y pasión por el arte de vestir que sigue vigente y que seguirá inspirando a futuros diseñadores y amantes de la moda.