La cotización del dólar en Argentina mostró un repunte significativo a comienzos de septiembre, reavivando el debate en la city sobre cuál será el “precio de equilibrio” para diciembre de 2025. Este movimiento ocurre en un contexto marcado por la proximidad de elecciones legislativas, incertidumbre política y la política monetaria del Banco Central.
El 1° de septiembre, día festivo en Estados Unidos por el Labor Day, hubo menor oferta de divisas debido al cierre del mercado norteamericano, combinado con una mayor demanda local por el cobro de salarios e inicios de mes. Estos factores incidieron en que el dólar mayorista subiera un 2,2% para ubicarse cerca de los $1.372, aproximándose a la banda superior de flotación establecida por el Central, que se actualiza mensualmente y ronda los $1.460.
Los mercados de futuros reflejan expectativas alcistas, con contratos para fin de septiembre en torno a $1.419 y para diciembre apuntando a $1.545, lo que implica una devaluación anual de aproximadamente 50%. Para 2025, el dólar acumula un alza cercana al 30%, superando ampliamente el crecimiento del índice de precios al consumidor, que es del 19%.
Además de la dinámica propia del mercado cambiario, influyen decisiones regulatorias recientes del Banco Central que limitaron la posición en dólares de los bancos al cierre del mes pasado, lo que redujo la disponibilidad de dólares entre los actores financieros. A su vez, la incertidumbre propia de la campaña electoral y la reciente escalada de tensión en el Congreso contribuyen a presionar la demanda por cobertura cambiaria.
Estos factores generan un escenario de alta volatilidad que, de mantenerse, complicaría la planificación financiera y económica hacia fin de año. Expertos advierten que la política monetaria vigente, con tasas de interés elevadas y controles cambiarios, podría requerir ajustes tras los comicios para estabilizar las expectativas y contener la devaluación.
En síntesis, el mercado cambiario argentino transita un período de gran tensión e incertidumbre, en el que las decisiones oficiales y el contexto político serán clave para definir el precio del dólar y su impacto en la economía real durante los próximos meses.