Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaron este viernes un edificio de gran altura en Ciudad de Gaza, identificado como un centro clave de operaciones del grupo terrorista Hamas. La operación forma parte de la ofensiva declarada como final para desmantelar la infraestructura de Hamas en la capital gazatí.
El edificio, ubicado en una zona densamente poblada del norte de la Franja de Gaza, fue demolido mediante múltiples ataques con misiles tras alertar con apenas 15 minutos de anticipación para que los civiles evacuaran la zona. El Ejército israelí comunicó que la estructura albergaba cámaras, centros de mando, posiciones de francotiradores y almacenamiento estratégico enlazado con la infraestructura subterránea de Hamas, diseñada para emboscadas y rutas de escape.
El ministro de Defensa, Israel Katz, advirtió que “las puertas del infierno en Gaza se están abriendo”, y prometió intensificar los ataques hasta que Hamas acepte las condiciones israelíes para finalizar el conflicto, incluyendo la liberación de rehenes y el desarme. En las últimas semanas, el Ejército israelí aseguró haber tomado control del 40% de Ciudad de Gaza, donde más de un millón de personas están desplazadas hacia el sur ante el avance militar.
En paralelo, Hamas difundió un video que muestra a dos rehenes israelíes secuestrados desde octubre de 2023, uno de los cuales ruega al primer ministro Netanyahu que evite una ofensiva mayor en la ciudad. La escalada armada ha provocado numerosas víctimas civiles, incluidos niños, y ha generado preocupación internacional por una crisis humanitaria que continúa deteriorándose.
La ONU ha señalado que las continuas ofensivas y bloqueos generan condiciones de hambruna y falta de agua, electricidad y atención médica, empeorando la situación para los habitantes de Gaza. Mientras tanto, tanto Israel como Hamas mantienen posturas irreconciliables, prolongando un conflicto que ya dura casi dos años con consecuencias devastadoras para toda la región.