Las elecciones en Buenos Aires definirán la reacción inmediata del dólar y los mercados. Un triunfo ajustado o empate técnico permitirá cierta estabilidad, pero una derrota amplia del oficialismo podría provocar ventas oficiales de divisas, aumento del riesgo financiero y una posible corrección fuerte del tipo de cambio. La incertidumbre persistirá hasta octubre.
La inédita elección provincial bonaerense, con casi el 40% del electorado nacional, sorprendió a analistas y operadores financieros, que buscan anticipar su impacto en los mercados mañana lunes. La comparación con las PASO de 2019 cobra vigencia, cuando la derrota de Mauricio Macri desató un derrumbe bursátil y una fuerte suba del dólar.
Un informe reciente de Outlier destaca que la fragilidad previa de la política monetaria y cambiaria hace que un resultado favorable al oficialismo ofrezca un respiro, mientras que una derrota amplia complicaría la transición hacia las elecciones nacionales del 26 de octubre.
El dilema principal radica en la demanda estructural persistente de dólares y en la débil oferta, que obliga al Tesoro a recomponer reservas tras recientes ventas. Para escenarios adversos, se prevé que la presión cambiaria aumente y que el régimen actual pueda mostrar señales de tensión.
La mayoría de las consultoras coinciden en que el resultado probable oscilará entre un empate técnico y una victoria leve del kirchnerismo, con una diferencia de entre 3 y 5 puntos. Un margen mayor a ese sería negativo para la estabilidad financiera y podría desencadenar dinámicas de riesgo y ajustes adicionales.
En términos bursátiles, una derrota ajustada no implicaría sobresaltos inmediatos, mientras que un éxito libertario contundente podría impulsar precios en bonos y acciones. Sin embargo, los bonos en dólares podrían tener una recuperación limitada si el Gobierno utiliza divisas para defender el tipo de cambio.
A mediano plazo, los resultados definirán la suerte del programa económico vigente y la necesidad de ajustes para mantener la estabilidad.