Hoy por la mañana la Casa Rosada estuvo marcado por un movimiento inusual y reservado. Javier Milei, tras la contundente derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, reunió a su gabinete en el Salón Eva Perón para analizar el resultado electoral y definir la estrategia del oficialismo para los próximos meses.
La cúpula del Gobierno, incluida la hermana presidencial Karina Milei, sus principales asesores y ministros clave como Patricia Bullrich (Seguridad), Gerardo Werthein (Cancillería) y Luis Petri (Defensa), participó de un encuentro que duró más de dos horas. Para la tarde, el presidente convocó a una segunda reunión para avanzar en la coordinación política esencial frente al escenario complejo.
Pese a las presiones, en el entorno presidencial aseguraron que no habrá una reestructuración masiva del gabinete. La apuesta está en corregir errores mediante una mayor coordinación y superar la fragmentación interna que, según reconocen, está afectando la gestión y ejecución política.
Un actor clave en el armado político, Santiago Caputo, cobró protagonismo visible por primera vez en un búnker electoral y en estas horas posteriores a las elecciones. Desde distintos sectores se valoró su paciencia y capacidad para mantener unidad interna. En paralelo, se destacó que la gestión debe aprender de la autocrítica expresada públicamente por Milei y avanzar hacia un acuerdo político más amplio.
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, también estuvo presente y se mostró comprometido en la reconstrucción de la estrategia electoral. Su rol en las últimas decisiones fue menos activo que otros referentes, lo que desactivó algunos rumores de conflictos internos.
En este contexto, el Gobierno enfrenta la necesidad urgente de preparar la elección nacional de octubre, entendida como el verdadero Rubicón para la continuidad política de Milei. La derrota de septiembre es solo el punto de partida para abandonar la polarización extrema y construir una base de gobernabilidad.
El mensaje de las autoridades oficialistas es que sin diálogo, coordinación y cambios de fondo en la gestión, el gobierno está condenado a repetir errores y profundizar la crisis económica y social que atraviesa el país.