Cinco hábitos cotidianos que dañan la salud intestinal

El estrés, el sueño irregular, la alimentación repetitiva, la falta de carbohidratos complejos y el uso frecuente de antibióticos son las causas más comunes que alteran el equilibrio del microbioma intestinal y afectan el bienestar general.

Cuidando tu intestino, estas cuidando tu salud

La salud intestinal va mucho más allá de la digestión: el intestino regula inflamaciones, mantiene niveles de energía y es clave en la respuesta inmunitaria y emocional. Sin embargo, ciertos hábitos cotidianos pueden deteriorar su funcionamiento sin que la mayoría de las personas lo advierta.

Expertos consultados en nutrición y salud digestiva señalan cinco conductas habituales que dañan el equilibrio del microbioma intestinal y pueden desacelerar la salud general, incluso si no existen síntomas evidentes.

Uno de los factores más nocivos es el estrés crónico, que altera el eje intestino-cerebro. Las hormonas del estrés, especialmente el cortisol, afectan el movimiento intestinal y reducen la diversidad bacteriana, aumentando la inflamación y debilitando el sistema inmunológico.

Otro hábito perjudicial es la mala calidad y falta de sueño, ya que el microbioma intestinal sigue ritmos circadianos similares a los humanos. Dormir poco o con horarios irregulares reduce la variedad de bacterias beneficiosas y promueve el crecimiento de microorganismos dañinos, afectando la salud digestiva.

La alimentación monótona limita la diversidad nutricional y la variedad de bacterias en el intestino. Comer siempre los mismos alimentos reduce la riqueza microbiana vital para la inmunidad y el metabolismo, mientras que una dieta variada con frutas, verduras y fibras mejora la resiliencia de la flora intestinal.

Prescindir de carbohidratos complejos compromete la salud intestinal, dado que son el ‘combustible’ principal para las bacterias buenas. Su ausencia genera desequilibrios, inflamación y deterioro de la barrera intestinal, según destaca la literatura médica especializada.

Finalmente, el uso frecuente de antibióticos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE) afecta el revestimiento intestinal y altera la composición bacteriana. Los tratamientos repetidos pueden destruir bacterias buenas, aumentar la permeabilidad intestinal y provocar alteraciones prolongadas en la microbiota.

Para proteger la salud intestinal, los especialistas recomiendan incorporar una dieta variada con alimentos integrales, mantener una rutina de sueño estable, controlar el estrés y usar medicamentos solo cuando sean imprescindibles y bajo supervisión médica.

Una microbiota equilibrada no solo garantiza una digestión óptima, sino también un sistema inmunitario robusto y un bienestar mental estable, contribuyendo a una mejor calidad de 

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