El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha justificado estos vuelos de deportación, que transportan a ciudadanos extranjeros que han violado las leyes de inmigración, como un esfuerzo para repatriar a aquellos que entraron de manera ilegal, que fueron condenados por distintos delitos o que son considerados una amenaza para la seguridad nacional. Sin embargo, para los argentinos que llegaron hoy, el procedimiento es una muestra de la “falta de humanidad” de la política migratoria de Trump. El regreso de los diez argentinos a su país natal marca el fin de una pesadilla, pero también el inicio de una nueva etapa, con un futuro incierto y con la esperanza de que la situación política cambie en los Estados Unidos.