Any Ventura: “ El gobierno comete cada vez más errores”

Any Ventura, periodista, socióloga y locutora argentina, es una figura emblemática del periodismo con más de 40 años de trayectoria. Reconocida por su versatilidad y autenticidad, se destaca en radio, TV y prensa escrita, con una mirada crítica y un vínculo estrecho con Beto Casella. En esta entrevista, reflexiona sobre política, medios y su carrera.

Entrevista a Any Ventura
Entrevista a Any Ventura

En la vertiginosa danza de los medios, pocas figuras logran dejar una huella tan versátil y auténtica como Any Ventura. Con una trayectoria que abarca décadas y géneros, Any se ha convertido en una voz indispensable del periodismo argentino. Desde sus comienzos como escritora en diarios de renombre hasta su rol actual como panelista en dos de los programas más vistos de la TV , Bendita y Duro de Domar, Any ha demostrado ser una “mina todo terreno” capaz de adaptarse a cualquier desafío.

En esta entrevista íntima y reveladora, Any nos abre las puertas a su mundo, compartiendo los hitos que marcaron su carrera, su inquebrantable vínculo con Beto Casella y su visión de la realidad argentina. Sin filtros ni rodeos, nos invita a reflexionar sobre el rol del periodismo y la política en un país en constante ebullición, mientras nos confiesa sus anhelos y sus secretos más guardados.

– ¿Cómo te definís hoy después de tantos años de trabajo en los medios? ¿Periodista, escritora, comunicadora o todo eso junto?

Yo me siento una mina todo terreno. Puedo hacer una nota, producirla, podría hacer cualquier cosa. Armar una foto, una tapa de revista, un programa de televisión, de radio, una publicidad. Yo creo que soy una mina todo terreno. Me parece que eso es lo que mejor me define.

– ¿Tenés algún momento, alguna experiencia que te haya marcado a fuego, algo bisagra en tu carrera?

Lo que me marcó a fuego fue pasar de la gráfica a la radio y la televisión. Cuando empecé, era exclusiva de un diario. La primera vez que fui a una radio o que hice un programa de televisión para mí fue un punto de no retorno. Me cambió la vida. Lo que me marcó, punto de no retorno, era Yo Amo la TV y Gran Hermano. Cuando hice Gran Hermano en el debate, no entendía qué me pasaba. Caminaba por la calle y la gente me miraba. Y no me daba cuenta que era la televisión. Eso me marcó a fuego, porque eso es una vida distinta, porque cuidar tu imagen, aparte de lo que decís. El tema de tener todo pensado, la ropa, el maquillaje, el pelo, lo que decís, cómo lo decís.

– A lo largo de tu carrera has demostrado una gran capacidad de adaptación. ¿De dónde viene esa cualidad? 

Tengo una gran capacidad de adaptación, vos no te podés olvidar que yo empecé a trabajar de muy chica, a los 15, 14, como maestra de los hijos de Romay. o sea, yo era la maestra, la que los ayudaba a hacer los deberes. Puse un aviso en la librería de mi barrio, “Ayudo a alumnos, maestra”, no me conocía ni mi mamá, y me llamó Romay, para que los ayude en los deberes. O sea, ese fue mi primer trabajo. Después fui secretaria de un dentista durante la dictadura porque me echaron de la facultad. Vendí enciclopedia Británica para mantener a mis hijos cuando estudiaba Sociología. Yo te hago cualquier cosa. Yo me quedo sin trabajo y hago viandas, algo hago. Lo que no puedo hacer es no hacer nada..

 

– ¿Cuál crees que es la fórmula de Bendita para mantenerse tanto tiempo al aire?

– Bendita tiene dos o tres claves. Una es Beto Casella, que es el cerebro y que sin él no sería lo que es. Beto y Bendita decidieron que iba a ser un programa de entretenimiento en el sentido de información de lo que pasa en los medios, pero al mismo tiempo no te iba a tirar por la cabeza con la información pura y dura. Entonces, es un programa donde vos te enterás de todo, pero de una manera grata. No es una manera agresiva ni te obliga a tomar posición, no. Nosotros tratamos de que en ese horario, que es en el que la gente come, normalmente está con sus hijos, que sea grato ver Bendita.

– Y generar esos códigos, porque ya hay hasta un vocabulario, si se quiere, los códigos que van teniendo a lo largo de los años como, barrida, aguante, todos esos chistes que se generaron con el público que trascendieron la pantalla.

– Son los que nosotros llamamos “alquilados”, entonces y “es otra Argentina” . Una amistad que se convirtió en relación, un montón de cosas, eso es Bendita, es poder reírte con la gente, no de la gente, con la gente. Entonces, nosotros pasamos de todo. Pasamos gobiernos donde la gente la pasaba horrible, si; pasamos la pandemia, sí; pasamos un montón de cosas. Y la gente nos agradece, nos agradece la sonrisa, la posibilidad de relajarse en algún momento en donde la televisión, todo es desastroso, bueno, vos llegás a las 8:30 y podés relajar…

 

– ¿Cómo definirías tu vínculo con Beto Casella?

– Yo a Beto lo conozco hace 40 años. Nosotros trabajamos juntos en un montón de cosas, como en Gente, o sea, nos reconocemos. No éramos tan amigos , pero nos reconocemos, nos tenemos. Entonces, yo soy su socia en muchas cosas. Ahora somos amiguísimos, nosotros nos vemos aparte del programa. Con novias nuevas, con mis maridos nuevos, con mis amantes nuevos. Pasa la vida, el vínculo sigue. Cada vez que Beto tiene un problema o yo tengo un problema sentimental, yo lo llamo y tomamos un café rápido después de Bendita en el bar de la esquina, y le digo, “Viejo, te necesito, me pasó tal cosa” o él me dice, “Charlemos”. Bueno, eso es. Nosotros nos entendemos sin hablar. Yo sé que cuando él viene para mi lado, yo sé lo que quiere que yo diga al aire. Pero además, en los cortes, nos contamos vida y milagro, o sea, que es así..

 

– Después del escándalo con Tamara Pettinato, ¿pudiste hablar con ella?

– Mira, pasa algo muy especial en Bendita, viste que son dos paneles. Uno está de un lado y otro está del otro. Si vos llegás sobre la hora, no tenés interacción con el panel de enfrente, es como la Franja de Gaza. Estás allá lejos. Entonces, Tamara llegaba sobre la hora. Yo siempre llego temprano, entonces charlo con los camarógrafos, con todos.Pero ella estaba del otro lado. Entonces, tenía más relación con Edith y con los que están del otro lado. Pero no se había dado una relación de amistad, se había dado una relación laboral. Y no pude hablar con ella, pero entendí que todo lo que pasó, en el sentido de que, nosotros somos un programa muy solidario, y yo creo que la tratamos muy bien y me parece que lo que pasó, fue un, un momento terrible de la Argentina, no de Tamara. El presidente Alberto Fernández, con todas sus debilidades y con todas sus perversiones. Y yo no digo que Tamara no haya sido una víctima, pero, digamos, lo grave era lo que pasaba en el país. Que había una pandemia y teníamos un presidente, que no estaba pensando con la cabeza, mientras los argentinos no podían trabajar encerrados en sus casas o no podían ir a ver a un pariente enfermo.

– Claro, el contexto era muy complicado y justo cayó esto

– Si las cosas hubiesen estado bien, eso hubiese sido un tema menor. Las cosas estaban muy mal y entonces eso cayó horriblemente mal. Más allá de que es una estupidez, yo se los recomiendo, no se filmen, loco.

– Creo que es la gran moraleja

– Yo entiendo que te enamores de un presidente, pero no dejes que te filmen. Ahí me pareció que Tamara se equivocó, se puso en víctima. Y la verdad que la víctima era la sociedad. No ella.

– ¿Sentís que tenés un buen equilibrio entre Bendita y Duro de Domar? 

– Me hace muy feliz, porque yo soy un animal político. Desde siempre, yo soy una militante política, desde la facultad. O sea, que eh, yo te diría que me sale muy natural todo lo de Duro de Domar. Porque la política es lo mío, yo estudio eh, estoy informada. Eso también pasa con Duro, no podés llegar en bolas y sin documentos, como diría San Martín. No. Tenés que llegar informada, tenés que saber qué vas a decir y tenés que negociar. 

 


– Justo en junio dijiste, hablando de política, “Sin septiembre no hay octubre para el peronismo”. ¿Qué análisis político hacés de cara a las próximas elecciones?

– Hay dos o tres cosas interesantes que surgen, que surgieron de las últimas elecciones. Primero, para mí, quedó Axel como el conductor, indiscutido. Se lo dije a Axel, si el 7 ganás las elecciones, vos sos el conductor del peronismo. Porque si sos el conductor de la Provincia de Buenos Aires, que es el porcentaje más alto que tiene el país de votantes, sos casi el líder del peronismo. Creo que el gobierno a partir del domingo comete cada vez más errores, le empezaron a entrar las balas.. Tiene un nivel de violencia y de maldad y de algo poco empático con la gente, que es muy serio.  Desde el veto al presupuesto universitario, al Garrahan. Todo el tema con los discapacitados, con los jubilados.Después todas las denuncias de coima, de sobreprecios, de corrupción, que me parece que a la gente le entró la ficha. Porque al principio parecía que la ilusión por un cambio se mantenía, yo creo que ya no.

– ¿Qué análisis hacés sobre él puntualmente, sobre Javier Milei?

Yo tengo la sensación de que como no es un animal político, es un animal económico, lo que le importa son los números. No sé cómo va a reaccionar, si su psiquis puede soportar otra sumatoria de fracasos. No lo sé, porque no está preparado. Un político, mirá Lula, todas las veces que perdió hasta que llegó a presidente. Bueno, tengo la sensación de que no está preparado políticamente. Está preparado para hablar de economía, pero de política no sabe, no entiende, no le gusta la política, no le gusta la negociación, no le gustan los diálogos. No me gustaría que se interrumpiera su mandato. Me gustaría que rectificara el rumbo, que cambiara el equipo, este equipo que sabemos que sabe ajustar, pero a cualquier precio. Bueno, me gustaría que hiciera un cambio y que pudiera terminar el mandato.

– Y para ir cerrando ¿Qué responsabilidad crees que tiene hoy el peronismo? , el periodismo, perdón ¿creés que tienen algún tipo de responsabilidad?

– Mira, vos hiciste un lapsus y está bien el lapsus, lo tomo. ¿Tiene responsabilidad el peronismo? El peronismo tiene un porcentaje muy grande de responsabilidad en que Milei haya llegado a presidente. Si no hubiese habido un gobierno de Alberto Fernández con ese desastre y de una Cristina que lo eligió porque pensó que él era y quedaba bien con Dios y con el diablo, y no se puede quedar bien con Dios y con el diablo porque entonces tenés un tipo como Alberto Fernández que no toma decisiones y que anda con las minas en el momento que hay que tomar decisiones o que toma decisiones equivocadas..

Any Ventura

– ¿Y el periodismo?

– El periodismo tiene una cuota importante de responsabilidad y tiene que cumplir un rol. Pero yo creo que no tiene que sobreactuar. A mí me da la sensación de que nosotros nos creemos que definimos elecciones. Ni La Nación +, ni Clarín, ni América, ni C5N definen las elecciones. Sería muy fácil. Porque si no, la gente votaría lo que vota la tapa del diario más vendido. Y no es así. Yo creo que el pueblo, los votantes, los ciudadanos van por la calle y cada vez leen menos diarios y cada vez ven menos televisión. Entonces, están cada vez más preocupados por el cotidiano, ni se enteran de la mitad de las cosas. El periodismo no salva nada, es un servicio. Ahora, nosotros no somos el Mesías, que no nos esperen porque no salvamos a nadie..

– ¿Hay algo que te haya quedado pendiente a nivel personal o profesional?

– Me gustaría volver a hacer un programa de entrevistas, que es mi especialidad. Y siempre soñé con escribir una novela. Me encantaría salir del periodismo y hacer una gran ficción. Pero tampoco me quitan el sueño. Disfruto lo que tengo, no estoy siempre ansiosa por lo que falta.


Y así, cerramos el telón de una charla que nos dejó con la sensación de que Any Ventura es mucho más que una figura mediática. Es una mujer que se reinventa constantemente, que no le teme a los desafíos y que, a través de su mirada aguda y su humor, nos invita a reflexionar sobre la vida, los medios y la política. La próxima vez que la veamos en la tele, no podremos evitar pensar que detrás de cada comentario, hay una historia para contar. 

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