– ¿Cuál crees que es la fórmula de Bendita para mantenerse tanto tiempo al aire?
– Bendita tiene dos o tres claves. Una es Beto Casella, que es el cerebro y que sin él no sería lo que es. Beto y Bendita decidieron que iba a ser un programa de entretenimiento en el sentido de información de lo que pasa en los medios, pero al mismo tiempo no te iba a tirar por la cabeza con la información pura y dura. Entonces, es un programa donde vos te enterás de todo, pero de una manera grata. No es una manera agresiva ni te obliga a tomar posición, no. Nosotros tratamos de que en ese horario, que es en el que la gente come, normalmente está con sus hijos, que sea grato ver Bendita.
– Y generar esos códigos, porque ya hay hasta un vocabulario, si se quiere, los códigos que van teniendo a lo largo de los años como, barrida, aguante, todos esos chistes que se generaron con el público que trascendieron la pantalla.
– Son los que nosotros llamamos “alquilados”, entonces y “es otra Argentina” . Una amistad que se convirtió en relación, un montón de cosas, eso es Bendita, es poder reírte con la gente, no de la gente, con la gente. Entonces, nosotros pasamos de todo. Pasamos gobiernos donde la gente la pasaba horrible, si; pasamos la pandemia, sí; pasamos un montón de cosas. Y la gente nos agradece, nos agradece la sonrisa, la posibilidad de relajarse en algún momento en donde la televisión, todo es desastroso, bueno, vos llegás a las 8:30 y podés relajar…
– ¿Cómo definirías tu vínculo con Beto Casella?
– Yo a Beto lo conozco hace 40 años. Nosotros trabajamos juntos en un montón de cosas, como en Gente, o sea, nos reconocemos. No éramos tan amigos , pero nos reconocemos, nos tenemos. Entonces, yo soy su socia en muchas cosas. Ahora somos amiguísimos, nosotros nos vemos aparte del programa. Con novias nuevas, con mis maridos nuevos, con mis amantes nuevos. Pasa la vida, el vínculo sigue. Cada vez que Beto tiene un problema o yo tengo un problema sentimental, yo lo llamo y tomamos un café rápido después de Bendita en el bar de la esquina, y le digo, “Viejo, te necesito, me pasó tal cosa” o él me dice, “Charlemos”. Bueno, eso es. Nosotros nos entendemos sin hablar. Yo sé que cuando él viene para mi lado, yo sé lo que quiere que yo diga al aire. Pero además, en los cortes, nos contamos vida y milagro, o sea, que es así..
– Después del escándalo con Tamara Pettinato, ¿pudiste hablar con ella?
– Mira, pasa algo muy especial en Bendita, viste que son dos paneles. Uno está de un lado y otro está del otro. Si vos llegás sobre la hora, no tenés interacción con el panel de enfrente, es como la Franja de Gaza. Estás allá lejos. Entonces, Tamara llegaba sobre la hora. Yo siempre llego temprano, entonces charlo con los camarógrafos, con todos.Pero ella estaba del otro lado. Entonces, tenía más relación con Edith y con los que están del otro lado. Pero no se había dado una relación de amistad, se había dado una relación laboral. Y no pude hablar con ella, pero entendí que todo lo que pasó, en el sentido de que, nosotros somos un programa muy solidario, y yo creo que la tratamos muy bien y me parece que lo que pasó, fue un, un momento terrible de la Argentina, no de Tamara. El presidente Alberto Fernández, con todas sus debilidades y con todas sus perversiones. Y yo no digo que Tamara no haya sido una víctima, pero, digamos, lo grave era lo que pasaba en el país. Que había una pandemia y teníamos un presidente, que no estaba pensando con la cabeza, mientras los argentinos no podían trabajar encerrados en sus casas o no podían ir a ver a un pariente enfermo.
– Claro, el contexto era muy complicado y justo cayó esto
– Si las cosas hubiesen estado bien, eso hubiese sido un tema menor. Las cosas estaban muy mal y entonces eso cayó horriblemente mal. Más allá de que es una estupidez, yo se los recomiendo, no se filmen, loco.
– Creo que es la gran moraleja
– Yo entiendo que te enamores de un presidente, pero no dejes que te filmen. Ahí me pareció que Tamara se equivocó, se puso en víctima. Y la verdad que la víctima era la sociedad. No ella.
– ¿Sentís que tenés un buen equilibrio entre Bendita y Duro de Domar?
– Me hace muy feliz, porque yo soy un animal político. Desde siempre, yo soy una militante política, desde la facultad. O sea, que eh, yo te diría que me sale muy natural todo lo de Duro de Domar. Porque la política es lo mío, yo estudio eh, estoy informada. Eso también pasa con Duro, no podés llegar en bolas y sin documentos, como diría San Martín. No. Tenés que llegar informada, tenés que saber qué vas a decir y tenés que negociar.