La obesidad infantil: nueva crisis global silenciosa

Un informe reciente de la UNICEF alertó que la obesidad entre niños y adolescentes ya es la forma más común de malnutrición, impulsada por entornos alimentarios saturados de ultraprocesados y publicidad masiva.

La obesidad se ha convertido este año en la forma más predominante de malnutrición. Foto: captura de pantalla.

La epidemia oculta: obesidad infantil en aumento global

El informe “Alimentando el negocio. Cómo los entornos alimentarios ponen en peligro el bienestar de la infancia”, elaborado por UNICEF en 2025, revela que la obesidad se ha convertido en la principal forma de malnutrición en la infancia y adolescencia a nivel mundial.

Por primera vez, la prevalencia de obesidad en personas de 5 a 19 años (9,4%) ha superado la de bajo peso (9,2%), marcando un punto de inflexión preocupante para la salud pública global. Actualmente, unos 188 millones de niños y adolescentes presentan obesidad, cifra que ha crecido aceleradamente desde el año 2000.

Entornos alimentarios y ultraprocesados: las causas profundas

El informe destaca que millones de niños y adolescentes crecen en ambientes donde alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas y comida rápida son altamente accesibles, baratos y promocionados agresivamente.

Estos productos, caracterizados por altos niveles de azúcares añadidos, grasas no saludables y aditivos, desplazan progresivamente a opciones nutritivas esenciales para el desarrollo infantil saludable. En varios países, como México, estos productos representan hasta el 40% de las calorías diarias consumidas por niños y niñas.

Impactos en salud y desigualdades económicas

El aumento del sobrepeso y la obesidad en la niñez conlleva riesgos inmediatos como hipertensión, hiperglucemia y problemas cardiometabólicos que pueden persistir en la adultez.

Además, afecta la salud mental y el bienestar emocional infantil, generando ansiedad y trastornos de autoestima. Desde una perspectiva socioeconómica, los costos asociados en atención médica y pérdida de productividad ya se traducen en miles de millones de dólares, constituyendo un desafío para la sostenibilidad de los sistemas de salud y economías nacionales.

Publicidad y políticas insuficientes: un círculo difícil de romper

La industria de alimentos ultraprocesados utiliza técnicas digitales y tradicionales para influenciar a niños, niñas y adolescentes, exponiéndolos a publicidad constante. En un estudio global, el 75% de los jóvenes de 13 a 24 años reportó haber visto anuncios de este tipo de productos en la semana previa, y el 60% confesó que estos impulsaron su deseo de consumirlos. Esta presión aumenta incluso en contextos de conflicto o pobreza, donde la regulación suele ser más débil.

A pesar de la evidencia, ningún país ha implementado aún un conjunto completo de políticas públicas que aborden integralmente la protección de la infancia frente a estos entornos no saludables, desde la regulación publicitaria hasta la disponibilidad de alimentos nutritivos.

UNICEF plantea un conjunto de medidas prioritarias que incluyen: adoptar regulaciones rigurosas sobre comercialización y etiquetado; promover el acceso a alimentos nutritivos accesibles; fortalecer programas de protección social; y blindar los procesos normativos contra la influencia de la industria.

Además, subraya la importancia de empoderar a las comunidades para exigir entornos saludables y fomentar la participación juvenil en políticas de justicia alimentaria.

El informe concluye que proteger el derecho a una alimentación nutritiva es fundamental para garantizar la salud y el desarrollo de las nuevas generaciones. La inacción consolidará desigualdades de salud y sociales, y generará costos crecientes para las familias y los países.

Se requiere una respuesta multisectorial, decidida y coordinada entre gobiernos, sociedad civil e instituciones para transformar los entornos alimentarios y frenar esta crisis silenciosa.

Nota escrita por:
Te recomendamos...
El consumo masivo cayó 3,7% en septiembre

El dato refleja una marcada retracción en el poder de compra y una clara fragmentación, con una migración de los formatos tradicionales hacia canales que ofrecen mejores precios o mayor conveniencia.