Mercosur y EFTA firman histórico acuerdo comercial

El Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio firmaron un tratado que eliminará aranceles industriales y ampliará el comercio bilateral. El pacto debe ser ratificado y entrará en vigencia en 2026.

El Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), conformada por Islandia, Noruega, Liechtenstein y Suiza, suscribieron un acuerdo de libre comercio que crea una zona conjunta de cerca de 300 millones de personas y un PIB combinado superior a 4,3 billones de dólares. El tratado fue firmado en Río de Janeiro tras ocho años de negociaciones que comenzaron en 2015, con rondas intensas y diálogo político entre los bloques.

El acuerdo apunta a mejorar el acceso comercial, eliminar barreras y facilitar inversiones, abarcando comercio de bienes, servicios, propiedad intelectual, compras públicas y desarrollo sostenible. Mientras la EFTA eliminará inmediatamente el 100% de los aranceles industriales y pesqueros hacia el Mercosur, el bloque sudamericano tendrá un plazo de 15 años para reducir en forma gradual sus aranceles a productos europeos, lo que busca proteger sectores sensibles durante la transición.

Entre los sectores beneficiados del Mercosur están la carne, el café, la soja y el maíz, que recibirán tratamientos preferenciales y cuotas arancelarias progresivas. El tratado incluye también un capítulo específico para proteger indicaciones geográficas suizas, así como medidas para facilitar trámites aduaneros y garantizar reglas claras para pequeñas y medianas empresas.

La ratificación del acuerdo corresponde a los parlamentos de cada país miembro y se espera que entre en vigencia a partir de 2026. Mientras, podrá aplicarse bilateralmente en países que hayan completado el proceso. Este aspecto genera incertidumbre sobre los plazos exactos y la velocidad con la que se materialicen los beneficios comerciales.

Pese a su alcance estratégico, el acuerdo presenta retos relacionados con el impacto sectorial y la duración del plazo para la reducción arancelaria. Sectores productivos deberán adaptarse a la mayor competencia y a las nuevas reglas internacionales de comercio e inversión. Además, la inclusión de normas sobre desarrollo sostenible y competencia indican un enfoque moderno que exige seguimiento.

Este tratado representa una oportunidad para dinamizar el comercio bilateral y fortalecer alianzas económicas en un mundo globalizado. Sin embargo, su éxito dependerá del equilibrio que se logre entre apertura comercial y protección de intereses nacionales, así como de la capacidad política para implementar las medidas pactadas.

El impacto real del acuerdo Mercosur-EFTA se revelará con el tiempo y con su aplicación práctica. La firma del tratado marca un hito, pero su puesta en marcha efectiva será clave para que empresarios, trabajadores y consumidores puedan beneficiarse de esta nueva etapa de integración regional.

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