“El equilibrio fiscal es la solución final a los problemas que azotan a la Argentina”. Milei reafirmó que mantener la disciplina fiscal es el pilar fundamental de su gestión y resaltó que este principio es “no negociable”.
“Hoy, el futuro de la Argentina depende fundamentalmente de una sola cosa: que el pueblo y la política se comprometan con el orden fiscal”. Esta frase subraya su llamado a la unidad entre sociedad y actores políticos para respetar el presupuesto equilibrado.
“Lo peor ya pasó”. El presidente destacó que, a pesar de las dificultades, el país superó la etapa más crítica y expresó agradecimiento al apoyo recibido durante su primer período.
“Este presupuesto presenta el menor nivel de gasto en relación con el PBI de los últimos 30 años”. Milei enfatizó una reducción histórica en el gasto público nacional, buscando un ajuste fiscal riguroso.
“Por primera vez, el sector público financiará al sector privado”. Explicó que el superávit primario permitirá que el Estado impulse inversiones privadas en infraestructura y servicios, invirtiendo el esquema tradicional.
“Se asigna un 85% del presupuesto a educación, salud y jubilaciones, con aumentos reales que superan la inflación”. Esto incluye un 8% para educación, 17% para salud, 5% en jubilaciones y pensiones por discapacidad, reflejando lo que denomina una prioridad en el capital humano.
“Todos hemos hecho enormes esfuerzos para salir del pozo en el que estábamos cuando asumimos”, resaltando que incluso los sueldos del poder ejecutivo permanecen congelados como muestra de austeridad.
“El problema no era el cocinero, sino la receta”. Con esta metáfora, Milei diferenció su plan económico de administraciones anteriores, basado en un nuevo enfoque estructural.
“Roma no se construyó en un día. Esto no es una quimera, es lo que podemos conseguir si logramos consensos”. Concluyó llamando a un diálogo político para avanzar en las reformas necesarias y en el crecimiento sostenible del país.
“Nadie tiene la culpa de nuestros problemas más que nosotros mismos”. Una frase que apunta a la responsabilidad colectiva en el camino hacia la recuperación económica.