una mirada crítica y profunda en el peor momento

El reconocido periodista Jorge Fontevecchia ofrece una reflexión ponderada sobre el cambio de tono de Milei tras la derrota electoral, destacando los logros discursivos y señalando los desafíos que el Ejecutivo aún debe superar.

Jorge Fontevecchia. Crédito: Facebook.

Jorge Fontevecchia, una de las voces más autorizadas y agudas del periodismo argentino, dedicó su análisis en Modo Fontevecchia a uno de los momentos más delicados y definitorios del gobierno de Javier Milei: su discurso tras la derrota electoral en Buenos Aires. Sin caer en complacencias ni exageraciones, Fontevecchia reconoce en esta alocución “el mejor discurso” de su gestión, un cambio que refleja un giro hacia la sensatez y el diálogo.

Con un estilo riguroso y claro, el periodista destaca que, pese a mantener la firmeza en el objetivo de equilibrio fiscal —que define como “ley tallada en piedra” del gobierno—, Milei supo mostrar empatía hacia sectores sociales afectados y una disposición inusual para el consenso político. La promesa de aumentar partidas en universidades, discapacidad y jubilaciones por encima de la inflación, junto con la apertura a la obra pública y el apoyo a las provincias, ejemplifican este nuevo tono.

El columnista también señala la ironía histórica en la repetición de frases como “lo peor ya pasó”, que ya emplearon gobiernos anteriores previos a crisis profundas, y advierte que, aunque el cambio de discurso es positivo, el verdadero desafío está en la concreción y en la coherencia con el presupuesto presentado.

Fontevecchia no elude señalar la contradicción inherente en llamar a figuras vinculadas a gestiones pasadas para resolver problemas actuales originados en esas mismas gestiones. Esta crítica mesurada permite comprender la complejidad interna del gobierno sin caer en simplismos.

Su reflexión se extiende a la fragilidad del crecimiento proyectado y las sombras sobre la sostenibilidad fiscal del presupuesto, pero también resalta el valor político de la transición hacia un lenguaje menos confrontativo y más constructivo.

Con ese equilibrio entre elogio y cuestionamiento crítico, Fontevecchia reafirma su lugar como un periodista que combina experiencia, capacidad analítica y ética profesional, ofreciendo un punto de vista que invita a la reflexión y al debate informado.

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