Mauricio Macri impone condiciones antes de un posible diálogo con Javier Milei

Tras la derrota electoral del oficialismo en Buenos Aires, Mauricio Macri opta por el silencio y exige un esquema claro de trabajo y una agenda programática concreta antes de cualquier diálogo con el presidente Javier Milei, buscando reglas claras para una alianza que trascienda la campaña electoral.

Foto: Noticias Argentinas
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Mauricio Macri transita un período de hermetismo político tras el duro revés que sufrió el gobierno de Javier Milei en la elección bonaerense, donde el peronismo logró una ventaja de casi catorce puntos sobre La Libertad Avanza y el PRO. El expresidente no ha expresado públicamente su opinión sobre los resultados electorales ni sobre las recientes tensiones en la Casa Rosada, manteniendo una distancia estratégica ante la coyuntura.

Fuentes cercanas al titular del PRO revelan que Macri no ha sido contactado por integrantes del Ejecutivo para iniciar un acercamiento. En privado, expresa su desconfianza, reiterando la necesidad de conocer cuál será el contenido de esas conversaciones, la naturaleza de un “esquema de trabajo” o una “hoja de ruta” antes de cualquier intento de diálogo. “No sabemos de qué quieren hablar”, admiten fuentes del macrismo.

En el cuartel general de Pro consideran que la búsqueda de diálogo por parte del gobierno de Milei, evidenciada en declaraciones de funcionarios como Guillermo Francos y Patricia Bullrich, es un gesto hacia la reconstrucción de puentes con el macrismo, aunque rechazan la idea de que se trate solo de un acuerdo electoral superficial.

Macri tampoco está dispuesto a aceptar una simple foto o un mensaje para activar a sus seguidores sin una instancia previa de discusión programática que comprometa a ambas partes en un proyecto de país con transformaciones concretas. Este planteo refleja la postura del expresidente, quien –según allegados– considera que Milei ha transformado un proyecto político en una lucha por el poder.

En enero pasado, Macri había ofrecido armar una mesa de diálogo con diversos dirigentes para debatir reformas y transformaciones estructurales, pero la respuesta oficial fue silencio, lo que profundizó la distancia.

El expresidente apunta a que el PRO tendrá un rol clave para asegurar la gobernabilidad después del recambio legislativo, aunque por el momento prefiere mantenerse al margen de la campaña en la Ciudad y Buenos Aires.

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