En una publicación en su cuenta de X, el exgobernador explicó que su reforma tributaria apunta a eliminar impuestos distorsivos como el impuesto a los Ingresos Brutos y el impuesto al cheque, relevarlos por un IVA provincial similar al modelo brasileño, sin que esto implique una suba en la presión fiscal.
Además, destacó la necesidad de eliminar retenciones a las exportaciones, que representan menos del 1% del PBI, y afectan en especial al interior productivo, del cual Córdoba aportó 35.000 millones de dólares entre 2003 y la actualidad, según sus palabras.
Schiaretti también denunció la alta evasión fiscal en Argentina, que alcanza un 3,7% del PBI, y criticó que Milei “glorifique a los evasores”, lo que consideró inaceptable para un presidente cuya obligación es garantizar la recaudación fiscal.
Finalmente, defendió la noción de un equilibrio fiscal sostenido que, además, contemple la dimensión social, como ocurrió en Córdoba desde hace más de dos décadas bajo su gestión.