La muerte repentina de la influencer bosnia Adna Rovčanin-Omerbegović causó gran impacto entre sus seguidores y en la comunidad digital europea. La joven de 26 años, oriunda de Sarajevo, contrajo matrimonio el 13 de septiembre y ese mismo día comenzó a sentirse mal, por lo que fue trasladada de urgencia a un hospital donde la indujeron a coma farmacológico.
Pese a los esfuerzos médicos, Rovčanin-Omerbegović falleció dos días después, el 15 de septiembre, en medio de un silencio inicial de su familia que recién permitió la divulgación del hecho la semana pasada por medios locales y europeos. Las cuentas de redes sociales de la influencer se cerraron automáticamente tras su muerte.
Antes de su popularidad en redes, la joven había estudiado enfermería y tenía un salón de belleza en Sarajevo. Su carisma la llevó a convertirse en modelo y a colaborar con diversas marcas, destacándose por compartir contenidos y consejos sobre el cuidado personal.
Aunque no se confirmó oficialmente la causa exacta de su fallecimiento, se especula que podría haber sufrido una lesión cerebral. Las autoridades sanitarias y judiciales de Bosnia llevan adelante exámenes forenses para esclarecer los detalles del caso.
La comunidad local la despidió en un velorio privado en el cementerio Bare, en Sarajevo, donde familiares y amigos recordaron a Adna como una persona alegre y trabajadora, que transmitía energía positiva. Su partida ha dejado una profunda conmoción en sus seguidores y en el ámbito de la cultura digital europea.
Este episodio pone en relieve la fragilidad de la salud incluso en figuras públicas conocidas por su vitalidad, y deja un mensaje de recuerdo hacia una vida marcada por la creatividad y el deseo de compartir bienestar con su comunidad.