Un debate sobre el modelo económico: La industria nacional, entre la competitividad extrema y la caída del empleo

El modelo económico de Javier Milei, con un dólar “barato” y apertura comercial, impacta de lleno en la industria. El sector, que perdió 31.000 empleos y vio cerrar 1.500 pymes, enfrenta una crisis que se agrava.

Tierra del Fuego
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El gobierno de Javier Milei ha puesto en marcha un modelo económico que privilegia la competitividad extrema y la apertura comercial, una estrategia que ha generado un intenso debate en el sector productivo. Mientras el presidente se ha encargado de “acomodar la macroeconomía” a través del control del déficit y un tipo de cambio que, a su juicio, es “competitivo”, la industria nacional ha sufrido las consecuencias de una recesión que se ha profundizado en los últimos meses.

El discurso oficial, que pregona la necesidad de una “depuración lógica” del sector productivo, choca con la realidad de los datos. Si bien los números de la industria mostraron una leve recuperación en mayo, con un aumento del 2,2% mensual y del 5,8% interanual, estas cifras son engañosas. La recuperación, como señala el director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingeart, se debe a una “base de comparación” muy baja, ya que el 2024 fue un año desastroso para el sector. “En los primeros cinco meses de 2025, la producción industrial cayó un 10% frente al mismo período de 2023”, afirma Schteingeart, lo que demuestra que la industria sigue lejos de sus niveles históricos.

Un dólar “barato” y la caída del empleo

La caída de la industria se explica por una combinación de factores. Por un lado, la apreciación del peso y la apertura comercial han provocado un fuerte aumento de las importaciones, lo que ha golpeado a la producción local. Schteingeart afirma que “el salto hizo que todo el aumento del consumo se volcara a bienes importados”. El boom importador, de hecho, ha erosionado el superávit comercial del país y ha dificultado la acumulación de reservas del Banco Central.

Las consecuencias de este modelo se reflejan en el empleo. Desde la llegada de Milei a la presidencia, se han perdido 31.000 puestos de trabajo formales en la industria, lo que equivale a un 3% del total. El cierre de unas 1.500 pymes industriales es un reflejo de que el modelo de competitividad extrema del gobierno está afectando a los sectores más vulnerables de la economía.

A pesar de las críticas, el gobierno de Milei no ve con malos ojos que la Argentina se convierta en un país de industrias “ultra competitivas” y de servicios. La administración, que pregona un discurso de “eficiencia” y “depuración”, sostiene que los puestos de trabajo que se pierden en la industria se deben reconvertir en el sector de servicios. Sin embargo, la apuesta es arriesgada, ya que, si bien la mayoría de los países de primer mundo tienen un alto componente de servicios, la Argentina no está preparada para esta transición. Un sector de servicios que se caracteriza por la informalidad y la precariedad laboral difícilmente podrá absorber la pérdida de empleos en la industria.

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