En una entrevista concedida a Modo Fontevecchia, Martín Guzmán analizó críticamente el swap financiero que Estados Unidos planea otorgar a Argentina, destacando que el acuerdo firmado no implicará un avance real para la economía nacional. “Con este préstamo, Milei expone a La Argentina al chantaje de Trump”, afirmó el exministro, refiriéndose a que el acuerdo solo servirá para sostener la estabilidad cambiaria y darle aire al oficialismo de cara a las elecciones legislativas, pero no para generar crecimiento ni inversiones reales.
Guzmán explicó que el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, tiene un perfil similar al de Luis Caputo, con experiencia en finanzas y mercados, pero no como gestor de políticas económicas orientadas a desarrollo social. En este sentido, criticó que la economía argentina se maneje con lógica financiera de ganancia especulativa y no con objetivos de bienestar.
El economista cuestionó además la narrativa oficial que culpabiliza a fondos especulativos externos por la inestabilidad cambiaria: “Son los argentinos que compran dólares porque creen que está barato”. Destacó que el préstamo implica un aumento en la deuda externa y una mayor exposición al poder de Estados Unidos sobre la economía local, ya que la nación pasará a deber principalmente al Tesoro estadounidense.
En cuanto al tipo de cambio, Guzmán señaló que el valor actual del dólar está atrasado y que un dólar de entre 1.600 y 1.800 pesos sería más saludable para la competitividad y la acumulación de reservas argentinas. Para ello, sugirió regulaciones cambiarias similares a las implementadas durante gobiernos anteriores, que fomenten la economía real sin perjudicar la inversión.
Consultado sobre las perspectivas postelectorales, Guzmán prevé que el gobierno cambie su esquema cambiario hacia una flotación más libre, aunque con volatilidad y sin orden en la economía real ni mejoras en la calidad de vida de la población. A pesar de que las tasas de interés podrían bajar y traer alivio financiero a corto plazo, advirtió que el problema estructural argentino persiste y limita cualquier avance sostenido.
Finalmente, consideró que el préstamo estadounidense es un instrumento político que sostiene un modelo económico agotado y que Argentina debe buscar un proyecto de desarrollo coherente y con consenso para salir de la dependencia y la inestabilidad actuales.