En la madrugada del miércoles pasado, el hallazgo de los cuerpos sin vida y descuartizados de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15) conmocionó a Florencio Varela y a todo el país. Las jóvenes, desaparecidas desde el viernes previo en La Matanza, fueron víctimas de un crimen brutal. Según confirmó el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso en TN, el triple feminicidio fue transmitido en vivo a través de una red social para un grupo cerrado de unas 45 personas,
El caso, que ya se investiga con inusual detenimiento, deja en evidencia el patrón de violencia ligado al narcotráfico y a las mafias que operan en la región. Las primeras pericias forenses señalaron que las tres mujeres murieron entre las 3:00 y las 5:00 del sábado 20 de septiembre, apenas horas después de ser vistas por última vez subiendo a una camioneta blanca en la rotonda de La Tablada.
Las torturas sufridas antes del asesinato resultan desgarradoras. Lara Gutiérrez, la menor de las víctimas, fue sometida a un tormento cruel: le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda, le provocaron quemaduras compatibles con cigarrillos, un corte parcial en la oreja izquierda y una herida en el cuello que le seccionó la arteria carótida. Según el informe forense, la joven murió alrededor de las 3:00 horas, tras haber soportado este maltrato inhumano.
Brenda del Castillo presentaba una fractura craneal fatal, además de un aplastamiento facial y heridas punzocortantes en el cuello. Los peritos indicaron que, posterior a su muerte, le realizaron un corte transversal que le abrió el abdomen de punta a punta, un acto que suma signos de extrema violencia y crueldad. Morena Verdi, la tercera víctima, evidenció una luxación cervical y múltiples golpes en el rostro, también indicios de una muerte violenta y traumática.
La transmisión del asesinato en vivo a través de Instagram, destinada a un grupo cerrado, suma una dimensión escalofriante a este delito. El ministro Alonso explicó que este hecho no solo fue un acto brutal contra las jóvenes, sino que a través de su agonía, el líder narco envió un mensaje de disciplinamiento dirigido a otros integrantes de la organización criminal que está detrás del suceso. “Esto le pasa al que me roba droga” habría dicho uno de los implicados, quien es considerado el líder del grupo, en la sesión transmitida a sus seguidores.
Este femicidio triple revela una vez más la problemática sobre las graves condiciones que enfrentan muchas mujeres jóvenes en ciertos sectores vulnerables del país. La violencia organizada aterran hoy la vida de cientos de miles. Mientras crece la desigualdad económica, crece la violencia y las organizaciones delictivas y narcotraficantes aumentan sus negocios.
La investigación continúa desplegándose con la colaboración de distintas áreas policiales y judiciales, mientras que la sociedad reclama respuestas y acciones contundentes ante la brutalidad de estos hechos. La memoria de Brenda, Morena y Lara permanece como un llamado a la reflexión y a la urgencia de políticas que garanticen la protección y el respeto por la vida y la dignidad humana.