Gobierno dictó conciliación obligatoria y frenó paro de trenes

El gremio La Fraternidad redujo la circulación de los trenes a 30 km/h en demanda de mejoras salariales y laborales, afectando las líneas Mitre, San Martín, Sarmiento, Urquiza y Belgrano Sur. La conciliación frenará la medida desde mañana, buscando normalizar el servicio para más de un millón de usuarios.

Este marco legal otorga un margen de tiempo para encauzar el diálogo. Foto: NA.

Demoras y cancelaciones marcaron la jornada del miércoles en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) debido a una medida de fuerza de los maquinistas agrupados en el sindicato La Fraternidad. Durante 24 horas, las formaciones circularon a apenas 30 km/h, lo que generó alteraciones significativas en la rutina cotidiana de los pasajeros, afectados en líneas como Mitre, San Martín, Sarmiento, Urquiza y Belgrano Sur. La línea Roca fue la única que operó con normalidad.

La protesta se fundamentó en la falta de avances en las negociaciones paritarias y en denuncias sobre condiciones laborales consideradas por el gremio como “deplorables e insuficientes”. Además, cuestionaron las diagramaciones de recorridos y la gestión del sistema de riesgos del trabajo (ART).

Frente a esta situación, el Gobierno dictó la conciliación obligatoria, una medida legal destinada a preservar el servicio público y evitar perjuicios mayores a los usuarios. Desde la Secretaría de Transporte expresaron la intención de que la normalidad se restablezca a partir de mañana, cuando los maquinistas deban acatar la disposición y reiniciar la prestación habitual.

Por su parte, La Fraternidad sostuvo que la reducción de velocidad no fue un paro encubierto sino una medida de precaución ante el estado de las vías y la insuficiencia de personal, aunque reconocieron que la medida fue una forma de presión para que sus reclamos sean atendidos.

La protesta afectó a más de un millón de usuarios diarios, con estaciones como Once y Retiro desbordadas por la acumulación de pasajeros, lo que generó expresiones de malestar y reclamos en redes sociales y medios locales.

Este conflicto es parte de una serie de tensiones laborales en el sector ferroviario, donde las negociaciones salariales y la mejora de condiciones de trabajo permanecen como temas pendientes. La conciliación obligatoria abre un espacio para el diálogo, pero el futuro del conflicto dependerá de los resultados de las negociaciones entre el sindicato y el Estado.

La medida de conciliación obligatoria constituye un paso hacia la normalización del servicio, aunque la persistencia de reclamos y la historia de medidas similares indican que el diálogo debe profundizarse para evitar nuevas interrupciones.

El desafío para las autoridades y el gremio será encontrar soluciones sostenibles que equilibren los derechos laborales con el interés público en la movilidad urbana.

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