Producción en caída y capacidad instalada al mínimo histórico
En agosto de 2025, la producción metalúrgica argentina cayó 6,1% en comparación con agosto de 2024, y bajó 2,3% respecto a julio de este año, según un informe oficial de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA).
Esta caída se suma a un estancamiento general, con un incremento acumulado de apenas 1,6% en lo que va del año frente a 2024, situando al sector un 17% por debajo de sus niveles máximos históricos.
La utilización de la capacidad instalada (UCI) descendió 3,2 puntos porcentuales interanuales, ubicándose en 44,8%, uno de los registros más bajos desde la crisis generada por la pandemia en 2020. Este dato indica que más de la mitad de la maquinaria y recursos del sector permanecen ociosos, limitando la recuperación del sector.
Impacto en el empleo y perspectivas empresariales
El presidente de ADIMRA, Elio Del Re, señaló que la industria atraviesa niveles productivos muy bajos, que no logran revertir la caída profunda de 2024, reflejando un estancamiento extendido. Del Re advirtió sobre la necesidad de políticas activas para reconstituir el tejido productivo y evitar riesgos en el empleo.
Según el informe, la plantilla sectorial mostró una caída del 2,9% en el empleo interanual y del 0,5% mensual en agosto. Además, las expectativas empresariales no son optimistas: un 74,4% de las empresas prevé que su producción se mantendrá estable o disminuirá, y un 90,5% anticipa que mantendrá o reducirá su dotación de personal en los próximos meses.
Sectores con resultados mixtos y desaceleración general
Aunque algunos sectores como carrocerías y remolques mostraron un crecimiento del 6,8%, la mayoría de las ramas productivas enfrentaron reducciones. Maquinaria agrícola, que había mostrado signos de recuperación, registró en agosto una caída del 1,9%, entrando nuevamente en terreno negativo.
Este escenario refleja un debilitamiento estructural que dificulta la reactivación inmediata, consolidando la crisis en el sector metalúrgico.
La situación actual evidencia un estancamiento prolongado en el sector metalúrgico argentino, que afecta no solo la producción sino también el empleo y la capacidad instalada. La recuperación parece condicionada a la implementación de políticas industriales robustas y coordinadas que puedan relanzar la actividad y frenar la caída en el empleo.
Este escenario plantea la necesidad de un debate amplio sobre el futuro industrial del país, las medidas para potenciar la producción nacional y cómo equilibrar los desafíos internos y externos que enfrenta la industria.