La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) enfrenta un escenario extremo: un asteroide identificado como 2024 YR4, con un tamaño estimado entre 40 y 90 metros, tiene una probabilidad del 4% de colisionar contra la Luna en diciembre de 2032. Este impacto no destruiría a la Luna ni cambiaría su órbita, pero podría desprender fragmentos que amenacen satélites y la Estación Espacial Internacional, según un reciente estudio de 20 investigadores publicado en septiembre de 2025.
Para mitigar esta amenaza, la NASA explora distintas estrategias: una misión de reconocimiento para analizar el asteroide, una nave que colisione para desviarlo o el uso de explosivos nucleares para su destrucción. Según los expertos, las opciones convencionales podrían ser insuficientes debido al corto tiempo disponible para actuar desde 2028 y por el riesgo que un cambio de trayectoria suponga un impacto hacia la Tierra.
Por ello, el método más efectivo y menos riesgoso sería “interrumpir” al asteroide detonando explosivos nucleares dentro de su masa. Este plan implica enviar una nave con varias cargas nucleares que perforarían el asteroide y explotarían en su interior, fragmentándolo en millones de pedazos inofensivos.
Esta operación, que recuerda la película “Armageddon” pero con tecnología mucho más avanzada, se considera la única forma segura y rápida de neutralizar el peligro. Se estima que la misión debería realizarse entre 2029 y 2031 para garantizar su efectividad.
Si bien la posibilidad de que el objeto impacte es baja, la NASA y la comunidad científica advierten que la vigilancia y preparativos para mitigar amenazas de cuerpos celestes son esenciales para la protección a largo plazo del planeta y la preservación de satélites y estaciones en órbita.