River Plate atravesó una jornada amarga en su estadio Monumental tras caer 2-1 ante Deportivo Riestra, equipo que visitaba por primera vez el histórico recinto de Núñez. Esta derrota representa la cuarta consecutiva para el Millonario, algo que no ocurría desde 2010, profundizando la crisis deportiva que ya afecta al club tras la reciente eliminación de la Copa Libertadores ante Palmeiras.
El partido fue un reflejo de las dificultades que atraviesa el equipo dirigido por Marcelo Gallardo. A los 12 minutos, tras un córner, Antony Alonso aprovechó un grosero error defensivo para abrir el marcador a favor de Riestra. Aunque River logró empatar provisionalmente con un gol de Giuliano Galoppo, la eficacia visitante prevaleció y el Malevo volvió a adelantarse en el marcador, sosteniendo la ventaja hasta el final.
La defensa millonaria mostró numerosas falencias, en especial en pelotas paradas, un problema recurrente que ha costado goles y puntos en las últimas jornadas. La frustración de la hinchada fue palpable, expresada mediante silbidos en el estadio y una fuerte repercusión negativa en redes sociales, donde estallaron consignas como “Fin de ciclo” y “Que se vayan todos”.
Los cuestionamientos se dirigieron no solo hacia el plantel, sino también hacia el cuerpo técnico y la dirigencia, señalados como responsables del deterioro del equipo, especialmente tras la eliminación continental y las importantes sumas invertidas en refuerzos que no han rendido como se esperaba. Algunos seguidores incluso impulsan la renuncia de Gallardo si no mejoran los resultados en las próximas fechas.
Deportivo Riestra, por su parte, hizo historia con esta victoria en el Monumental, que le permitió consolidarse como líder del Grupo B en el Torneo Clausura, un premio a la eficacia y el orden táctico frente a un River en proceso de reconstrucción y con un presente incierto.
Con esta racha negativa, River enfrenta una semana decisiva que incluye un duelo clave por Copa Argentina ante Racing, donde el equipo deberá demostrar señales de recuperación para evitar un desgaste mayor en la confianza interna y externa.
Esta derrota marca una etapa de cuestionamientos profundos en el club más laureado de Argentina, que deberá buscar respuestas rápidas para evitar que la crisis se agudice y comprometa la temporada y su prestigio histórico.