La causa por el femicidio de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15), jóvenes asesinadas brutalmente en Florencio Varela, avanza a pasos firmes. Este lunes, la Justicia indagó a Ariel Giménez y Víctor Lázaro Sotacuro, últimos dos detenidos vinculados a la masacre. Giménez habría cavado el pozo donde se enterraron los cuerpos, mientras Sotacuro manejó la camioneta usada para el traslado de las víctimas. Ambos serán imputados por homicidio agravado y encubrimiento.
Las familias, devastadas por la tragedia, sumaron a sus equipos legales a los reconocidos abogados Fernando Burlando y Diego Storto. Burlando expresó públicamente su preocupación por la falta de compromiso estatal y por la complejidad de la investigación, sugiriendo que “Pequeño J”, señalado como líder narco y principal acusado, no sería el único responsable. En sus palabras coincide Gonzalo Fuenzalida, representante legal de la familia de Lara, quienes denuncian la organización criminal y el “modus operandi” similar al de cárteles mexicanos y colombianos.
Por ahora, seis personas están detenidas y la búsqueda continúa por miembros de la banda criminal, entre ellos “Pequeño J” y su mano derecha Matías Agustín Ozorio, aún prófugos, en un caso que revela las profundas conexiones entre crimen organizado y femicidio en el conurbano bonaerense.
Este trágico suceso ha conmocionado a la sociedad, exponiendo no solo la brutalidad de la violencia de género sino también su vinculación con redes narco que operan con intensa violencia territorial. La justicia continúa con investigaciones que prometen desentrañar la estructura delictiva detrás del crimen que causó consternación nacional.