La brecha cambiaria en Argentina alcanzó ayer un nivel cercano al 10%, el registro más alto desde abril de este año, debido a la escalada de los dólares financieros (MEP y contado con liquidación) y del dólar blue en el mercado paralelo. Esta situación genera tensiones sobre la economía real en un contexto de volatilidad acentuada ante la proximidad de las elecciones nacionales.
El Banco Central reimplantó una restricción a mediados de la semana pasada que impide a los individuos que compren dólares al tipo de cambio oficial acceder a los dólares financieros durante 90 días. La medida busca contener el llamado “rulo”, una maniobra especulativa que aprovecha la diferencia entre las cotizaciones para obtener ganancias rápidas. Según Ignacio Morales, Chief Investments Officer de Wise Capital, “el Banco Central instrumenta esta medida para evitar el ‘rulo’ y el foco vuelve a posarse sobre la brecha cambiaria”.
Ayer, el dólar contado con liquidación cerró en $1.482,63, mientras que el MEP alcanzó los $1.472,67, ambos con avances superiores al 3,5% respecto al lunes. El dólar blue, por su parte, pudo venderse a $1.430, profundizando aún más la distancia con el tipo de cambio oficial mayorista, que cerró en $1.360 tras una suba semanal del 2,6%. El dólar oficial minorista en el Banco Nación también registró un aumento significativo, ubicándose en $1.380 para la venta.
La fuerte liquidación de exportadores agroindustriales bajo un esquema de retenciones “cero” inyectó liquidez al mercado mayorista, propiciando un volumen operado de USD 869 millones, el segundo más alto del mes. Sin embargo, esta entrada de divisas no fue suficiente para evitar que las reservas internacionales del Banco Central descendieran ayer USD 116 millones, cerrando en USD 41.122 millones, producto de pagos a organismos multilaterales como el Club de París, BID y CAF.
El riesgo país argentino volvió a superar los 1.100 puntos básicos, situándose en 1.124, acompañado de una caída promedio del 1,6% en los bonos soberanos en dólares y bajas acumuladas en acciones argentinas en Wall Street. Estos indicadores reflejan la incertidumbre económica y política que domina el mercado mientras se esperan definiciones electorales.
Diversos analistas advierten que una brecha cambiaria en niveles elevados tiene un impacto negativo sobre la actividad económica y la confianza inversora, condicionando la toma de decisiones y la estabilidad del mercado. La consultora MegaQM indicó que “las últimas semanas han sido de mucha volatilidad cambiaria, afectando tanto la valuación de activos como la actividad general”. No obstante, algunos reconocen que la medida del Banco Central puede ser vista como un intento por acumular reservas ante la esperada disminución de la oferta de dólares agroexportadores hacia fines de septiembre.
En resumen, la brecha cambiaria se constituye como un termómetro clave para la economía Argentina en un momento de alta fragilidad y volatilidad, donde las tensiones políticas y económicas se entrelazan anticipando un escenario complejo para los próximos meses.