Los 6 errores más comunes al inflar los neumáticos

Especialistas alertan sobre prácticas erróneas que afectan la durabilidad de las cubiertas, la eficiencia del combustible y la seguridad vial, tanto para manejar en ciudad como en viajes por ruta

La presión adecuada de los neumáticos es un factor clave para garantizar la seguridad del conductor y la eficiencia del vehículo. Sin embargo, muchos conductores cometen errores frecuentes al inflar las cubiertas, lo que puede derivar en accidentes, desgaste prematuro y mayor consumo de combustible.

Especialistas consultados y estudios sobre el comportamiento de conductores en la región identifican al menos seis errores comunes al inflar los neumáticos, tanto para quienes circulan principalmente en la ciudad como para quienes realizan viajes largos por ruta.

  1. No consultar el manual del vehículo
    Cada auto tiene indicaciones específicas sobre la presión ideal, que se encuentran en el manual o en etiquetas ubicadas en la puerta del conductor o la guantera. Usar valores genéricos o recomendaciones no oficiales puede provocar inflados inadecuados.

  2. Inflar los neumáticos con el caucho caliente
    Medir la presión después de haber recorrido varias cuadras distorsiona el valor real, ya que el calor expande el aire dentro del neumático. La recomendación es verificar la presión siempre con los neumáticos fríos para evitar inflarlos de más o de menos.

  3. Confiar exclusivamente en infladores de estaciones de servicio
    Los manómetros en estaciones suelen estar descalibrados, generando mediciones poco confiables. Lo ideal es contar con un manómetro propio para hacer mediciones precisas y regulares.

  4. Ignorar la presión de la rueda de auxilio
    La rueda de auxilio o repuesto suele ser olvidada en los chequeos. Mantenerla inflada es fundamental para evitar imprevistos en emergencias, especialmente en recorridos fuera de áreas urbanas.

  5. No ajustar la presión según la carga y tipo de viaje
    En viajes largos o con pasajeros y equipaje, se recomienda agregar entre 0,2 y 0,3 kg/cm² a la presión recomendada para mejorar estabilidad y evitar deformaciones por el calor y el peso.

  6. Desconocer las variaciones ambientales
    Cambios bruscos de temperatura, tanto calor intenso como frío extremo, afectan la presión de los neumáticos y requieren controles más frecuentes para mantener la seguridad y el rendimiento óptimo.

Los efectos de circular con neumáticos con presión inadecuada son variados y peligrosos. La baja presión acelera el desgaste, aumenta el riesgo de reventón y eleva el consumo de combustible debido a la mayor resistencia al rodamiento. Por el contrario, la sobreinflación disminuye la superficie de contacto, provoca un desgaste centralizado y reduce la vida útil del neumático, además de disminuir la adherencia y aumentar la distancia de frenado.

Por ello, los técnicos recomiendan incluir en la rutina el chequeo mensual de la presión, así como prestar atención especial tras variaciones climáticas. Insisten en consultar siempre los valores oficiales y planificar el recambio según el desgaste real y kilometraje.

En suma, conocer y aplicar correctamente estas prácticas no solo extiende la vida útil de los neumáticos, sino que garantiza una conducción segura y eficiente, ayudando a prevenir accidentes y optimizando el consumo de combustible.

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