Trump y Hegseth ordenan prepararse para la guerra

En Quantico, el secretario de Defensa Pete Hegseth y el presidente Trump exigieron a los líderes militares “prepararse para la guerra” ante el crecimiento de amenazas y “enemigos que se están agrupando”. Anunciaron cambios en disciplina, apariencia y despliegues internos.

Según Hegseth, los “enemigos se están agrupando y las amenazas crecen”. Foto: Andrew Harnik / Reuters.

Transformación militar: disciplina y estándares ajustados

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, convocó de urgencia en Quantico a cientos de generales y almirantes de alto rango para anunciar un cambio profundo en las Fuerzas Armadas.

En su discurso, llamó a “prepararse para la guerra” y a reforzar el “ethos guerrero”, junto con “estándares físicos masculinos” más estrictos. Según Hegseth, los “enemigos se están agrupando y las amenazas crecen”, por lo que la eliminación del “políticamente correcto” en el Pentágono es central.

En concreto, pidió dejar de lado lo que calificó como “culto al cambio climático”, “divisiones” y “delirios de género”. Además, estableció normas más rígidas sobre la apariencia: prohibió barbas y pelo largo, y exigió un aspecto pulcro que responda a estándares definidos como profesionales y militares.

Esta rigurosidad abarca desde reclutas hasta oficiales de cuatro estrellas, imponiendo pruebas físicas más duras con el fin de alcanzar los nuevos criterios, los cuales podrían afectar especialmente a mujeres y personas transgénero, ya excluidas actualmente del ejército.

Liderazgo y revisión de normas internas

Hegseth también ordenó una revisión de las definiciones sobre “liderazgo tóxico”, “acoso” e “intimidación”, buscando que los mandos puedan imponer disciplina sin temor a acusaciones que, según él, han sido “pervertidas” y debilitan la autoridad. El objetivo planteado es forjar un ejército “cohesionado, formidable y letal”.

Trump impulsa discurso belicista y agendas domésticas

En un discurso posterior de más de una hora, el presidente Donald Trump defendió el cambio del nombre del Departamento de Defensa a Departamento de Guerra, relacionándolo con victorias históricas. Reconoció la atmósfera inusual de silencio que encontró en la reunión y alentó la participación libre de los oficiales, aunque muchos mantuvieron reserva.

Trump vinculó la inseguridad en ciudades gobernadas por demócratas a una “epidemia del crimen” e “invasión interna”, proponiendo usar esas urbes para entrenamiento militar.

Citó lugares como Los Ángeles, Chicago, Nueva York y Washington D.C., donde ya hay despliegues de Guardia Nacional armada. Afirmó que este control territorial interno es una “guerra”, necesaria para la seguridad nacional, y ligó la militarización con la defensa fronteriza nacional frente a inmigración.

Contexto: remodelación y despliegues militares

Desde el inicio del segundo mandato de Trump, la estructura del Pentágono ha sufrido cambios profundos: la destitución de altos mandos sin explicaciones públicas, recortes de hasta un 20% en generales y almirantes activos y ajustes en el personal civil.

Además, se mantienen operaciones en el extranjero, incluyendo bombardeos contra rebeldes hutíes en Yemen y ataques contra embarcaciones vinculadas con narcoterrorismo en el Caribe, zona donde crecen temores de una posible ofensiva terrestre contra Venezuela.

El despliegue militar doméstico ha escalado, con tropas en ciudades demócratas para enfrentar disturbios y criminalidad. Esta política genera cuestionamientos de sectores empresariales, legislativos y militares retirados respecto del uso del poder militar en la política interna estadounidense.

La reunión de Quantico y las medidas anunciadas dan cuenta de un cambio radical en la estrategia y estructura militar de Estados Unidos, con un fuerte énfasis en la disciplina, la imagen y la intervención interna. El impacto en la institucionalidad democrática, los derechos civiles y la eficacia militar requiere un seguimiento atento y un análisis plural de sus consecuencias.

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