Tradición y desafío: repensar la euforia sonora en el fútbol argentino
La cultura del fútbol en Argentina se caracteriza por un aliento estridente y masivo que refleja la pasión colectiva en las tribunas, pero que a menudo se confunde con agresión verbal.
Mientras esta práctica permanece firme, distintas ligas europeas han adoptado códigos de conducta para controlar la violencia verbal y promover ambientes seguros para toda la familia. El punto clave está en buscar un equilibrio entre fervor y respeto.
La pasión del aliento intenso en Argentina
El folclore futbolístico local se expresa a través del grito y el canto, que funcionan como símbolos potentes de identidad y pertenencia comunitaria en la cultura argentina. Según el sociólogo Pablo Alabarces, estos cantos y expresiones cumplen una función central en la construcción de identidades colectivas, ancladas en códigos simbólicos que reflejan la lógica del “aliento” futbolístico.
Sin embargo, este entusiasmo no está exento de tensiones, pues la euforia colectiva puede fácilmente atravesar la línea que separa la pasión deportiva del respeto hacia otros hinchas y equipos. No se trata de eliminar el ruido, sino de regular su contenido.
La intensidad sonora, aunque es una válvula social y una manifestación cultural de catarsis grupal, a veces también deriva en insultos y agresiones que dificultan la convivencia en los estadios. Este fenómeno revela la compleja relación entre pasión y violencia en el fútbol argentino, donde la expresión cultural y la identidad local conviven con episodios de conflictividad social.
Este enfoque coincide con la idea de que en ocasiones se “confunde la pasión con la agresión”, señalando que la intensidad de las prácticas de aliento puede devenir en formas de exclusión y agresividad dentro del espacio deportivo.