La mayoría de las víctimas se concentraron en el distrito de Bogo. En San Remigio, once personas murieron, entre ellas cuatro que quedaron atrapadas tras el derrumbe de un complejo deportivo donde jugaban baloncesto.
Entre ellos había miembros de la Guardia Costera y de la Oficina de Protección contra Incendios, así como un niño atrapado por escombros, informó el capitán Jan Ace Elcid Layug a ABS-CBN.
Los funcionarios municipales de San Remigio anunciaron su intención de declarar un estado de calamidad para facilitar ayudas y recursos ante los “daños generalizados y la alteración de la vida de la población”.
Sin embargo, las persistentes lluvias y la destrucción de infraestructuras dificultan el acceso a las comunidades afectadas, informó Alphonsine Corominas-Gonzales, vicealcaldesa del distrito. Recalcó que la población enfrenta escasez de agua potable, comida y refugio, y pidió con urgencia tiendas de campaña y alimentos de fácil preparación.
Testimonios locales como el de Emma Santillan, habitante de Cebú embarazada de siete meses, describen el impacto del sismo y la tormenta posterior. “Parecía el fin del mundo”, comentó, recordando el pánico vivido por su familia y vecinos.