La oposición está decidida a lograr este jueves en el Senado la anulación de los vetos presidenciales sobre dos leyes de gran impacto social: el financiamiento universitario y la declaración de emergencia pediátrica que implica mayores recursos para el Hospital Garrahan. Tras la contundente oposición a estos vetos en la Cámara de Diputados, donde recibieron un respaldo mayoritario, los bloques opositores apuestan a consolidar esa postura en la Cámara Alta.
El quórum para la sesión está garantizado con 34 senadores de Unión por la Patria (UxP) y el apoyo previsto de legisladores radicales, del PRO y fuerzas provinciales. Para que el veto sea rechazado se necesitará la votación de dos tercios de los presentes, una mayoría que según fuentes parlamentarias parece alcanzable dada la amplia coalición opositora que se está conformando.
José Mayans, líder del bloque UxP, coordinó encuentros con jefes de bancadas y referentes provinciales para organizar la estrategia legislativa. Victoria Villarruel, de La Libertad Avanza, dialogó junto a senadores oficiales y opositores en una muestra de negociación generalizada. La disposición general es que el Ejecutivo quede obligado a promulgar ambas normas, consolidando un triunfo político de la oposición frente a las decisiones del presidente Milei.
El veto a la Ley de Financiamiento Universitario provocó una fuerte movilización social y política. Esta normativa busca recomponer el presupuesto universitario, actualizar salarios de docentes y no docentes, y fortalecer becas estudiantiles. Destacados dirigentes y autoridades académicas consideran que la ley es fundamental para garantizar la continuidad y calidad de la educación superior pública.
Además de los vetos, la sesión incluirá otros temas de relevancia, como el proyecto sobre el Sistema de Alerta Rápida Sofía para personas desaparecidas y el nombramiento de la doctora Mirta Delia Tyden en la Cámara Federal de Apelaciones de Posadas.
Esta jornada legislativa representa una prueba de fuerza clave entre el oficialismo y la oposición en el Congreso, con un escenario político polarizado y una creciente movilización social. El resultado definirá no solo la vigencia de las leyes vetadas, sino también el mapa de poder y negociaciones que se proyectan hacia los meses electorales que se avecinan.