Este lunes, Egipto se convertirá en el escenario de un crucial intento diplomático para detener la guerra en Gaza, al recibir a delegaciones de Israel y Hamas para negociar los detalles de un intercambio de prisioneros y un alto al fuego.
Las conversaciones, basadas en una reciente propuesta de Estados Unidos, buscan “dar fin a la guerra y al sufrimiento del pueblo hermano palestino”, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores egipcio.
La reunión llega en un momento de frágil optimismo. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó su esperanza de que todos los rehenes puedan ser liberados en pocos días, coincidiendo con la festividad judía del Sucot.
“Estamos al borde de un logro significativo“, afirmó. Sin embargo, Netanyahu condicionó el avance, subrayando que Israel mantendrá su presencia militar en Gaza y que el objetivo final es la desmilitarización de la Franja, ya sea por la vía militar o diplomática.
División en el gobierno israelí
Este optimismo choca frontalmente con una profunda división dentro de su propio gobierno. Ministros de extrema derecha han criticado duramente el acuerdo emergente.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, lo calificó como “un grave error y una fórmula segura para que Hamás gane tiempo”.
De manera más contundente, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, amenazó con abandonar la coalición de gobierno si “Hamas continúa existiendo” después de la liberación de los rehenes, forzando a Netanyahu a convocar reuniones de emergencia para asegurar el apoyo interno.
La propuesta estadounidense, que según Washington ya fue aceptada por Israel, contempla un cese al fuego a cambio de rehenes, un retiro gradual de las tropas israelíes y la supervisión internacional de la reconstrucción de Gaza.
Hamás, por su parte, anunció el viernes que aceptaba la propuesta “en principio”, un gesto bien recibido por la comunidad internacional.
A pesar de la reducción de la ofensiva israelí a petición de EE.UU., la violencia no ha cesado. En las últimas 24 horas, las autoridades de salud en Gaza reportaron 66 muertos y 265 heridos por ataques aéreos.
Con estas cifras, el número total de palestinos fallecidos desde el inicio del conflicto asciende a 67.074, en una crisis humanitaria que no da tregua.