El ataque perpetrado por Hamás hace dos años fue un asalto masivo y simultáneo que causó la muerte de cerca de 1.200 personas en Israel, entre civiles y militares.
Durante la ofensiva, el grupo palestino tomó como rehenes a 251 personas, entre ellas soldados, civiles y al menos 30 niños. Hasta la fecha, se cuenta con que 148 rehenes fueron liberados, ya sea por el ejército israelí en operaciones de rescate o por intercambios con Hamás, aunque aún permanecen en cautiverio 48 personas, de las cuales se estima que una veintena estaría con vida.
Entre esos rehenes se encuentran tres argentinos: Eitan Horn, Ariel Cunio y David Cunio. Asimismo, permanece en Gaza el cuerpo sin vida de otro compatriota, Lior Rudaeff, asesinado durante la ofensiva.
Durante el acto, el embajador del Estado de Israel en Argentina, Eyal Sela, destacó la continuidad del dolor y la fractura provocada por el ataque, y subrayó la creciente ola de antisemitismo que acompañó al conflicto, manifestándose incluso en expresiones disfrazadas como antisionismo.
Por su parte, organizaciones como la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), la Organización Sionista Argentina (OSA), y el Foro de Familias de Secuestrados y Desaparecidos convocaron a la ciudadanía a unirse para reclamar por la liberación inmediata de los cautivos y la devolución de los cuerpos sin vida, enfatizando que cada abrazo representa “un grito colectivo que no puede ser callado”