La renuncia de José Luis Espert a su candidatura a diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires marcó un punto de inflexión en la campaña electoral. Según distintos sondeos internos, la alianza libertaria perdía por más de 10 puntos frente a Fuerza Patria, lo que generó la presión para desplazar a Espert y apostar por Diego Santilli como nuevo rostro principal en el distrito más poblado del país.
El acto realizado en el Movistar Arena y la rápida incorporación de Santilli renovaron el ánimo entre las bases jóvenes libertarias, que expresaron mayor disposición a militar y salir a la calle, dejando atrás el desgaste asociado a las acusaciones contra Espert. Esta movilización interna será clave para intentar retener el voto puro que caracterizó a LLA en 2023, especialmente entre los jóvenes menores de 30 años, segmento afectado por la desmovilización.
En paralelo, Javier Milei y Diego Santilli iniciaron una activa agenda conjunta, que incluye visitas a ciudades estratégicas como Mar del Plata y San Isidro, donde buscan consolidar alianzas con sectores del PRO y la UCR. Con el acompañamiento del intendente Guillermo Montenegro y la figura política de Santilli, la campaña pretende mostrar unidad y fortalecer lazos con gobernadores aliados para sumar votos en los distritos clave.
Desde la mesa chica de LLA, figuras como Karina Milei y Santiago Caputo coordinan la estrategia de cara a las legislativas del 26 de octubre, conscientes de que la elección se jugará en una polarización fuerte con el kirchnerismo y dependerá del apoyo territorial y la movilización de las bases.
En este contexto, la incorporación de Santilli no solo busca un reseteo en la esperanza electoral, sino también la unificación de sectores diversos que componen la coalición oficialista. Se espera que la campaña recupere el ímpetu y logre achicar la diferencia de casi 14 puntos que marca Fuerza Patria en Buenos Aires, escenario que también refleja dificultades en provincias como Santa Fe y Córdoba.
Este giro plantea además una nueva dinámica interna entre las facciones juveniles libertarias, que ahora pugnan por protagonismo y control de la movilización social y digital, mientras la campaña nacional intensifica su presencia en medios y espacios públicos con un perfil más moderado y institucional de Milei.