Alemania debate criminalizar el acoso sexual verbal en espacios públicos

Alemania debate criminalizar el acoso sexual verbal en espacios públicos, un delito no penalizado actualmente. El SPD impulsa la ley ante el impacto en las mujeres. El debate surge mientras otros países europeos ya han tipificado el “piropo” callejero como delito.

Stefanie Hubig, Ministra alemana de Justicia

El acoso callejero y el piropo indeseado han abierto un debate legal en Alemania. A diferencia de otros países europeos, la legislación alemana sobre delitos sexuales de 2016 no penaliza el acoso verbal en público, lo que ha generado una “laguna legal” que el partido socialdemócrata (SPD) busca subsanar con urgencia. El objetivo de los socialdemócratas es que los comentarios, silbidos o gestos obscenos que sean “claramente no deseados” y de “naturaleza sustancial” sean castigados por ley.

La política del SPD, Sonja Eichwede, ha afirmado a DW que el acoso verbal “intimida masivamente a las víctimas y a menudo las lleva a retirarse de los espacios públicos”. La política sostiene que el lenguaje y el comportamiento son “una forma de violencia” y que el término en inglés catcalling, utilizado en el debate alemán, “trivializa el fenómeno”. La ministra de Justicia, Stefanie Hubig (SPD), ha confirmado que su ministerio está examinando las opciones legales para avanzar en la reforma.

La ambigüedad de la ley de injurias y la "tradición del honor"

El derecho alemán sí penaliza las injurias a través del artículo 185 del Código Penal que protege el honor de una persona. Sin embargo, los jueces no suelen interpretar el acoso verbal como un delito de este tipo. El profesor de Derecho Penal de la Universidad de Tréveris, Mohamad El-Ghazi, señaló a DW que, históricamente, los jueces han interpretado el delito de insulto de manera muy estricta, y que los comentarios sexistas “no expresan falta de respeto por el individuo”. El-Ghazi recordó que, incluso en un caso de 2017, la Corte Suprema de Alemania anuló una condena a un hombre de 65 años que hizo un comentario sexualmente explícito a una niña de 11 años, dictaminando que el comentario no contravenía las leyes alemanas de desacato. El profesor de Yale, James Whitman, explicó a DW que la ley alemana de insultos tiene sus raíces en la “ley de duelos”, una tradición que protegía un “honor” que era “genéricamente masculino”.

Un fenómeno impulsado por la Generación Z y la experiencia europea

La presión para que se penalice el acoso callejero ha sido impulsada por las nuevas generaciones. En 2019, la plataforma Catcalls of Berlin comenzó a documentar los casos de acoso callejero escribiendo las frases en las aceras, y la iniciativa motivó a una estudiante, Antonia Quell, a presentar una petición con más de 70.000 firmas al Bundestag (la cámara baja). Un estudio exploratorio de 2021 del Instituto de Investigación Criminológica de Baja Sajonia (KFN) reveló que el 40% de las encuestadas evitaba ciertos lugares y el 8% había cambiado su forma de vestir a causa de los piropos indeseados.

La propuesta del SPD se apoya en la experiencia de otros países europeos. Bélgica fue el primer país de la Unión Europea en prohibir el sexismo en espacios públicos en 2014, tipificando como delito los comentarios que “reducen a alguien a su dimensión sexual”. Portugal y Francia siguieron el ejemplo, y más recientemente, España y Países Bajos también tipificaron como delito el abuso sexual verbal. La política Sonja Eichwede confía en que el SPD logrará aprobar la ley, aprovechando la experiencia y la “voluntad política” del resto de los países de la región.

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