Canastas alimentarias y totales: diferencias por hogares
La Canasta Alimentaria para esta familia se ubicó en $748.997 mensuales, y la Canasta Total que incluye bienes no alimentarios, en $1.597.902. En agosto de 2025, estos valores fueron menores, con aumentos mensuales que evidencian una inflación cercana al 2,1% para estos rubros.
El estudio destaca variaciones notables según el tamaño, la edad y la condición habitacional del hogar. Por ejemplo, una pareja joven propietaria tiene una Canasta Alimentaria de $378.182, mientras que un adulto solo enfrenta un costo menor, con $245.573.
Situación de pobreza y cambios demográficos en CABA
El segundo trimestre de 2025 cerró con 650.000 personas en situación de pobreza en CABA, el 21,1% de la población porteña, y 183.000 indigentes, el 6%. El índice de pobreza en hogares fue del 16,9%.
El informe destaca una reducción interanual de 129.000 hogares pobres y 339.000 personas, resultado de aumentos en ingresos laborales y no laborales que superaron la inflación.
Sin embargo, los hogares que no disponen de ingresos suficientes para cubrir la Canasta Básica Alimentaria siguen siendo el 23,5% dentro de la población pobre.
Los sectores medios aumentaron y representan ahora un 53,1% de los hogares, aunque la clase media global disminuyó del 54% al 45% de la población. Dentro de la pobreza, destacan grupos más afectados como hogares con niños y adolescentes, que representan el 32,5% del total y han visto una reducción respecto al año anterior.
En 2025, los precios de los servicios registraron aumentos del 26,5%, casi el doble que los bienes, que subieron un 16,7%, influyendo en la evolución de la canasta familiar. En septiembre, alimentos como frutas (+6,5%) y verduras (+4,9%) lideraron alzas, mientras que en servicios, transporte aéreo (+12,7%) y mantenimiento de vivienda (+3,6%) fueron los más afectados.
Estos datos invitan a reflexionar sobre cómo los aumentos en la inflación, especialmente en servicios y alquileres, impactan en la composición social y el poder adquisitivo en la Ciudad de Buenos Aires.
La reducción de la clase media y la persistencia de la pobreza plantean desafíos para las políticas públicas en vivienda, ingresos y protección social.