El zamorismo busca blindar su poder en el Congreso con un “doble voto”

Gerardo Zamora busca consolidar el poder de su bloque en el Congreso en las elecciones del 26 de octubre, con el objetivo de retener las once bancas santiagueñas. El Frente Cívico y el PJ se reparten las postulaciones para blindar a un gobierno que cumple 20 años de gestión.

Gerardo Zamora. Foto NA

El panorama electoral en Santiago del Estero se presenta atípico y crucial para el mapa político nacional. El próximo 26 de octubre, los ciudadanos de esta provincia votarán en una doble contienda: elegirán al nuevo gobernador y vice, y a sus representantes en el Congreso Nacional (tres senadores y tres diputados). La elección pondrá a prueba la solidez del Frente Cívico, la coalición que lidera Gerardo Zamora y que ha dirigido la provincia durante dos décadas. El objetivo final es blindar un bloque de once bancas en el Congreso, que le otorgaría a Zamora un poder de negociación clave a nivel federal.

El proceso de votación será particular. Para los cargos provinciales se utilizará la tradicional boleta sábana, mientras que los escaños nacionales se definirán a través de la Boleta Única de Papel (BUP).

La continuidad del zamorismo sin el apellido Zamora

El Frente Cívico busca la continuidad en el Ejecutivo provincial con la fórmula Elías Suárez (actual Jefe de Gabinete) y Carlos Silva Neder como vicegobernador. La postulación de Suárez, un hombre de la estricta confianza de Zamora, rompió con la expectativa de que la senadora Claudia Ledesma (esposa del líder) fuera la candidata. El oficialismo, que ganó la elección anterior con un 62%, aspira a superar ese porcentaje, en un contexto en el que el impacto del ajuste económico del gobierno de Milei podría influir en el voto.

La fuerza política del zamorismo, una alianza entre radicales y peronistas que se consolidó en 2005 tras la intervención federal de Néstor Kirchner, se basa en un “Acta de Reparación Histórica” que inyectó una gran cantidad de fondos nacionales a la provincia, transformando áreas como la salud, la educación y la obra pública. Esta estabilidad, sin embargo, ha generado un blindaje político que la oposición ha sido incapaz de romper.

El Congreso: El campo de batalla de LLA

La batalla más relevante para el zamorismo es la de los cargos nacionales. El Frente Cívico y el Partido Justicialista (PJ), que actúan en un “nado sincronizado”, se reparten históricamente las seis bancas en juego, lo que le da a Zamora un poder de fuego clave en el Congreso.

Por su parte, La Libertad Avanza (LLA), que descartó disputar la gobernación, concentra su estrategia en los candidatos al Congreso, con la esperanza de que la figura de Javier Milei, que visitará la provincia el 18 de octubre, pueda darles el impulso necesario. LLA compite con el binomio Ítalo Cioccolani y María Laurence Gau para la gobernación, y con Tomás Figueroa y Andrea Jorge para el Senado. Sin embargo, la estrategia de LLA de postular a candidatos desconocidos, en un distrito donde el armado político es fundamental, ha sido cuestionada por el desgaste que han generado los escándalos de corrupción y el impacto del plan económico.

La elección de Santiago del Estero, en definitiva, es una prueba crucial para medir la solidez del poder territorial en el país y el peso que tendrá el interior en la nueva configuración del Congreso.

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