La Bombonera fue escenario de la ceremonia íntima que cumplió uno de los últimos deseos de Miguel Russo

La familia del entrenador llevó a cabo un acto privado en el estadio, donde parte de sus cenizas descansan en el césped del club que fue parte fundamental de su vida y carrera, en un tributo lleno de emotividad y despedidas.

Miguel Ángel Russo. Foto: web.

La despedida a Miguel Ángel Russo, uno de los íconos del fútbol argentino, se convirtió en un momento cargado de sentimientos y reconocimiento en el estadio Alberto J. Armando, conocido popularmente como La Bombonera. Tras el multitudinario homenaje en el hall central, su familia realizó una ceremonia íntima en el césped del club que marcó profundamente su trayectoria.

Según trascendió en TyC Sports, la última voluntad de Russo fue que parte de sus cenizas fueran depositadas en las canchas de los clubes que más significaron en su vida como futbolista y entrenador. Además de La Bombonera, sus restos descansan en el Estadio Gigante de Arroyito (Rosario Central), la Fortaleza (Lanús) y Estadio Uno (Estudiantes de La Plata), en un homenaje que refleja su profundo vínculo con estos clubes.

El entrenador, que dejó un legado en clubes como Boca Juniors, Lanús, y Rosario Central, había manifestado su deseo de que su despedida fuera sencilla y llena de significado para su historia personal y profesional. La ceremonia incluyó también encuentros con familiares y figuras del fútbol, como Leandro Paredes, quien le rindió un homenaje personal tras su gira con la selección.

Antes de su fallecimiento, Russo había pedido a su círculo cercano que lo vistieran con la camiseta de Boca en sus últimos días, un gesto que simbolizó su amor incondicional por el club. La ceremonia en La Bombonera fue, en definitiva, un testimonio vivo de la historia que dejó cada uno de sus pasajes en la institución.

Su colaborador más cercano, Juvenal Rodríguez, relató que la última frase que le dirigió fue: “Ahí me di cuenta”, en referencia a un momento de inspiración y entrega que vivieron juntos en sus últimos días. También destacó la emotividad del acto, en el que la familia expresó su gratitud y respeto por el legado de Russo, que supo ser un ícono del fútbol argentino.

La despedida en La Bombonera refleja no solo el amor por un entrenador, sino también la huella imborrable que dejó en cada rincón del fútbol argentino, un acto de homenaje que combina tristeza y reconocimiento por un hombre que marcó generaciones.

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