Apenas se difundieron las imágenes del montacargas utilizado en el asalto a plena luz del día en el Louvre, la marca fabricante de la maquinaria vio una oportunidad única para captar atención mediante una campaña publicitaria inusual que se volvió viral en redes sociales.
El director general y propietario de tercera generación, Alexander Böcker, relató que, tras superar el impacto inicial de que su máquina fuera usada para cometer el delito, optaron por emplear el humor negro y elaborar una estrategia creativa. La campaña se difundió con el slogan alemán que se traduce como “cuando algo tiene que hacerse rápido”, destacando la capacidad del montacargas de transportar hasta 400 kilogramos y su movimiento casi silencioso gracias a un motor eléctrico eficiente.
La publicación incluyó imágenes del equipo junto a datos técnicos y generó una respuesta mayoritaria muy positiva en redes sociales, aunque también dividió opiniones sobre la sensibilidad del tema. El montacargas, subrayaron, no está certificado para transportar personas.
La firma aclaró que vendió la máquina años atrás a un cliente francés que la alquila en París, y que el aparato fue robado a dicho cliente en la semana previa al atraco. Las placas y logotipos de identificación fueron retirados por los ladrones.
El robo en el Louvre, que duró menos de cuatro minutos, implicó un operativo veloz y eficiente. La campaña publicitaria aumentó la notoriedad del fabricante alemán y sorprendió por su enfoque poco convencional ante circunstancias desfavorables.
La inesperada campaña de Böcker Maschinenwerke representa un caso singular donde un hecho criminal inspiró una estrategia de marketing única que combina humor, rapidez y notoriedad global, aunque sin perder de vista la condena al uso indebido de su maquinaria.