La Cámara Nacional Electoral confirmó una participación del 66% en las elecciones legislativas, un porcentaje significativamente inferior al promedio histórico que ronda el 77%, y que evidencia el desgaste de la relación entre los votantes y el sistema político.
Más de 12 millones de argentinos habilitados para votar decidieron no acudir a las urnas, un número récord que sigue la tendencia descendente de los últimos comicios provinciales y nacionales realizados este año. La provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destacan por su elevada tasa de ausentismo, con cifras que en algunos distritos superaron el 39% y casi el 50%, respectivamente.
Expertos en política señalan que el malestar social, el deterioro económico, la percepción de corrupción y la falta de propuestas convincentes son factores claves que alimentan este fenómeno, junto con el cansancio frente a campañas polarizadas y un clima de desinformación y noticias falsas.
Históricamente, la mayor participación se daba en elecciones presidenciales, con niveles cercanos al 85%, mientras que las legislativas comenzaron a mostrar disminuciones desde los años noventa. En 2021, la pandemia afectó la concurrencia electoral, pero los niveles en 2025 representan una caída más pronunciada dentro del contexto político actual.
Este marcado descenso en la participación plantea desafíos para la legitimidad del sistema político y la representación democrática, que podría influir en las estrategias de los partidos y en la agenda legislativa futura.