El contundente resultado electoral del 26 de octubre dejó a la mayoría de los gobernadores en una situación política difícil, con pérdidas significativas en sus distritos. Sin embargo, frente a la convocatoria al diálogo hecha por el presidente Javier Milei, los mandatarios mostraron una actitud conciliadora y afirmaron que acudirán cuando sean convocados, buscando construir acuerdos que aborden también las problemáticas provinciales.
Según declaraciones recabadas por LA NACION, existe una percepción generalizada de que, salvo el bloque kirchnerista, el resto de las fuerzas políticas está abierto a entablar conversaciones que permitan avanzar en las reformas prometidas por el gobierno nacional. Los gobernadores impulsan además la necesidad de un análisis técnico previo sobre los temas a discutir para que el diálogo sea productivo y efectivo.
El gobierno nacional considera posible lograr alianzas con al menos cinco gobernadores para alcanzar mayorías en ambas cámaras del Congreso, objetivo clave para avanzar en reformas estructurales, como la laboral, tributaria y previsional, que demandan una negociación intensa.
Entre los gobernadores que habían distanciado del oficialismo pero lograron renovar sus mandatos, están Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca), ambos aunque con posturas críticas, expresaron su disposición al diálogo dentro de un marco que respete las necesidades de sus provincias.
Expertos políticos interpretan que la insistencia internacional, en particular de Estados Unidos, para asegurar la gobernabilidad en Argentina contribuyó a que numerosos mandatarios valoraran la invitación de Milei como una oportunidad para reencausar la relación política y buscar consensos en un panorama legislativo más fragmentado que nunca.
El tratamiento del presupuesto nacional para 2026 será uno de los primeros temas en discutirse con los gobernadores y legisladores electos, en un escenario donde el liderazgo y la negociación marcarán la agenda política de las próximas semanas.