El huracán Melissa, uno de los más potentes que ha azotado el Caribe en los últimos años, dejó un saldo trágico en Haití, donde al menos 20 personas perdieron la vida a causa de intensas lluvias e inundaciones provocadas por la tormenta. En la ciudad costera de Petit-Goave, en el suroeste del país, la mayoría de los barrios quedaron prácticamente destruidos, con casas derrumbadas y escombros por doquier, según informó el alcalde local Jean Bertrand Subreme. Las autoridades enfrentan la difícil tarea de rescatar a las víctimas aún atrapadas bajo los restos de los edificios colapsados.
Melissa afectó también a Jamaica y Cuba, dejando un rastro de destrucción en cada paso, con fuertes vientos, inundaciones y cortes de electricidad masivos. En Haití, la falta de una alerta temprana eficaz agravó la situación, dificultando la evacuación y preparación de la población frente a la llegada del fenómeno climático.
La ONU y organismos internacionales han puesto en marcha esfuerzos para asistir a los afectados con suministros básicos y atención médica, mientras las autoridades locales continúan evaluando el alcance total de los daños y coordinan la respuesta humanitaria.
Melissa sigue su curso ahora debilitado hacia las Bahamas, mientras Haití enfrenta una recuperación que promete ser incierta y compleja debido a la magnitud de la devastación causada.