La tragedia que despertó un cambio
En 2010, mientras descansaban en una vivienda en Rosario, Leonardo Verhagen, pareja de Liz Solari, comenzó a sentirse mal tras haberse levantado.
Según el testimonio de la actriz, Verhagen falleció en sus brazos luego de un episodio de cardiomegalia, una condición de agrandamiento anormal del corazón.
Desesperada, Solari buscó ayuda, pero no fue posible reanimar a Verhagen. Este momento dramático marcó un antes y un después en la vida de la actriz, quien enfrentó la pérdida con profundas reacciones espirituales y psicológicas.
La visión divina y sus consecuencias
La experiencia que Liz Solari define como una revelación divina ocurrió en un momento de meditación y búsqueda interior posterior a la muerte de su expareja. Relata que una noche sintió cómo su espíritu era atraído hacia el living y allí observó a Yeshua, a Jesucristo sentado en su mesa, mirándola con una “suave sonrisa”.
En esa visión, el amor encarnado le impartió un mensaje de orden sobre su vida y la importancia de la familia. Desde entonces, Solari asegura mantener una relación cotidiana con esta presencia, recibiendo mensajes, sueños y visiones que la guían en su camino espiritual y de fe.