La administración de Javier Milei decidió dar marcha atrás con la ampliación de la red de radares internacionales de observación espacial en Argentina, desactivando el proyecto para instalar un segundo radar en El Leoncito, San Juan. Esta iniciativa, conocida como el Radiotelescopio Argentino Chino (CART), formaba parte de un acuerdo firmado en 2015 entre la Universidad Nacional de San Juan, el CONICET y la Academia de Ciencias Chinas, bajo el gobierno kirchnerista.
El radar iba a ser la segunda antena de China en Argentina, luego de la ya operativa en Neuquén, que ha generado preocupación en Estados Unidos por su posible uso militar. La instalación de estos radares forma parte de la estrategia científico-militar china, que se ha intensificado en países con los que mantiene buenas relaciones políticas y comerciales, poniendo en alerta a la comunidad internacional por riesgos para la seguridad hemisférica.
El nuevo gobierno frenó el proyecto tras detectar irregularidades en la documentación y envíos de materiales desde China y ante la ausencia de un responsable diplomático o institucional comprometido con el proceso. Además, el convenio que autorizaba la construcción del radar en San Juan venció en junio y el Ejecutivo decidió no renovarlo, lo que resultó en la paralización del proyecto y la retención del equipamiento en la Aduana.
A pesar de las quejas de la Universidad de San Juan, que defiende el proyecto con fines científicos y advierte sobre la injerencia extranjera en la ciencia argentina, el Gobierno privilegió la evaluación geopolítica y la relación con Estados Unidos, coincidiendo con las alertas internacionales sobre el uso dual de estas tecnologías.
Fuentes oficiales explicaron que la decisión elimina cualquier avance hacia la ampliación del aparato de vigilancia espacial controlado por China dentro de la Argentina, lo que también refleja un giro en la política exterior y de seguridad bajo la gestión de Milei.