La comisión de Asuntos Constitucionales del Senado avanzó con un dictamen que ratifica la versión original de la ley que limita el margen y tiempos de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), norma aprobada previamente en septiembre. La novedad fue la firma en disidencia de un sector del kirchnerismo, un gesto inesperado que generó sorpresa y abrió dudas sobre su impacto en el tratamiento del proyecto en recinto.
La ley en debate busca acotar el plazo de vigencia de los DNU a 90 días corridos, imponiendo la necesidad de aprobación expresa con mayoría absoluta en ambas cámaras. Además, establece que el rechazo por una sola cámara implicará la caída automática del decreto, salvo los derechos adquiridos durante su vigencia.
El oficialismo y la oposición mantienen diferencias sobre el texto, en particular en cuanto a modificaciones realizadas en Diputados, donde no se logró la mayoría absoluta para el artículo central. La firma en disidencia del kirchnerismo se interpretó como un intento de no frenarlo, aunque con reservas y críticas internas.
Analistas políticos consideran que esta ruptura inesperada abre una pequeña ventana para acuerdos políticos, aunque el clima general está atravesado por la polarización y la reconfiguración legislativa que tendrá lugar en diciembre tras las elecciones. La cuestión de los DNU es clave para limitar el uso del poder presidencial y garantizar un control efectivo por parte del Congreso.
El debate continuará con negociaciones intensas y podría ser una de las primeras pruebas de fuerza legislativas del gobierno libertario de Javier Milei, que ha sido cuestionado por la oposición y algunos sectores de su coalición por el uso extensivo de decretos.